Informe económico: fragilidad y reformas
El primer panel del 74º Congreso Aceitero y Desmotador estuvo a cargo de los compañeros del Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE), asesores económicos de nuestra Federación, que presentaron un informe titulado “La economía después de las elecciones, fragilidad y reformas”.

Marco Kofman, uno de los integrantes del MATE, comenzó mencionando un “top 10” de los puntos más destacados para explicar la situación económica del país.
El primer punto fue sobre las últimas elecciones nacionales, cuando “parecía que la economía estallaba”. Sin embargo, al ver los datos de la economía “lo que seguimos encontrando es que la crisis económica sigue presente en todos los indicadores, no solo una crisis en el plano de la parte financiera, del dólar, que no entran, que no alcanzan, que se van, sino también una crisis de la parte de la economía real, de la economía productiva”, evaluó.

Marco Kofman
Los primeros datos que mostraron desde el MATE apuntaron a que “la falta de dólares continúa”. “¿Por qué no alcanzan los dólares? 40.000 millones de dólares es el superávit comercial, es lo que sobró de la economía real en su relación con el exterior. Pero también desde que empezó el gobierno de Milei, la parte financiera de la economía se llevó 50.883 millones de dólares, casi 51.000 millones de dólares. O sea, la parte de la de los dólares que genera la economía real no alcanza a cubrir lo que chupa la economía financiera”, advirtió Kofman.
Y preguntó: “¿Cuál es el principal componente de esos dólares que se fugaron o que salieron de la economía nacional que la propia economía generó? El principal componente es lo que le llamamos fuga de excedentes, ganancia que obtienen actores de la economía y que, por diferentes mecanismos financieros, en vez de volcarlos a la producción, directamente lo fugan afuera, lo sacan de la economía real para llevárselo a la parte financiera”.
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“30.000 millones de dólares salieron por esta razón y hubo 19.000 millones de dólares de dólares que salieron por el endeudamiento”, detalló.
“Esto quiere decir que los dólares no alcanzan en este momento”, concluyó, y explicó que los dólares “no van a alcanzar hacia adelante, porque no solamente se endeuda el sector público, se endeuda el Estado. Sino que también para llevarse los dólares afuera se endeudan las empresas porque toman deuda y después pagan esa deuda, y de esa manera van consiguiendo los dólares para llevárselos afuera”.
Kofman indicó que “la deuda externa privada creció alevosamente en los últimos 3 años, con una particularidad: en el último valor que dice 107.000 millones de dólares -ese es el tamaño de la deuda externa de las empresas- de esos 107.000 millones de dólares que deben las empresas al exterior en dólares, 58.000, es decir, más de la mitad, bastante más de la mitad, es deuda que se llama intrafirma. ¿Qué es esto? Es deuda que las empresas tienen consigo mismas o con una empresa que la controla o con una empresa que ella controla. Esta es la forma del funcionamiento del capitalismo argentino en este momento, empresas que se endeudan para pagarse a sí mismas”.
Este endeudamiento beneficia a las empresas de dos maneras: “Por un lado, se cobran la tasa de interés que quieren y sacan la ganancia, la declaran la ganancia donde les conviene y segundo, se aseguran que en el futuro van a poder sacar los dólares aunque haya un cepo. Se aseguran que sí o sí, como sea, esa empresa va a sacar dólares de la economía y se los va a llevar afuera”. “Para entender la coyuntura: la crisis no terminó, los dólares no alcanzan, no van a alcanzar. La situación sigue siendo de una economía frágil”.

Lavih Abraham
“¿Cómo es este proceso en el cual la clase trabajadora crea un valor y hay otra clase social que logra apropiarse de una parte de ese valor y qué hace de ese valor?”, bajo esta pregunta tomó la palabra Lavih Abraham, quien comenzó explicando que el proceso económico es “todo lo que producimos como país o todo lo que produce un país en algún momento” y dentro de este proceso “pasan tres cosas al mismo tiempo”.
“Lo más importante que hace una economía es producir, todos nosotros participamos en un proceso productivo y esta producción tiene una contraprestación en general que vuelve en forma de salario o en forma de ganancia. Todo lo que se produce tiene un valor, este valor producido cuando se vende una parte de eso vendido, una parte es salario y una parte es ganancia. A esta proporción, a estas partes entre salario y ganancia, es lo que llamamos la distribución”, indicó y continuó con varias preguntas:
“¿Cómo se distribuye? ¿Quién se queda con el fruto de lo que hacemos? ¿Con cuánto se queda cada uno? ¿Qué parte va a ser salario y qué parte va a ser ganancia? Producimos, distribuimos y, finalmente, la economía acumula. Acumular es juntar, es crecer. Hemos escuchado hablar de crecimiento económico y aquí aparece una noción clave que es la de excedente, porque en realidad cuando se produce y se distribuye, hay una parte que excede, supera lo estrictamente necesario para sobrevivir”.
“Acá hay una disputa de poder entre los capitalistas y el resto de las clases sociales, que aparece en múltiples formas. Las que más conocemos son las paritarias, nos plantamos, mostramos nuestro poder como clase trabajadora. Ellos se plantan, muestran su poder como empresarios. El Estado a veces arbitra y muestra su poder como Estado”, detalló.
En ese sentido, analizó los diferentes escenarios que se plantean según quién se queda con este excedente. Cuando este excedente se lo quedan los empresarios hay dos escenarios: pueden convertirla en dólares y llevarlos al exterior, guardarlos en cajas de seguridad, consumir productos de lujo, o reinvertir en la producción, lo que “va a determinar qué tipo de crecimiento económico tenemos”.
“Si la clase empresaria decidiera alguna vez invertir más para tener mejores maquinarias, invertir más y que los lugares de trabajo sean más seguros, invertir más y tener la mejor tecnología, invertir más y producir más y efectivamente ganar más plata muy probablemente, pero invertir más nos definiría cierto tipo de crecimiento. Definiría qué producimos y cómo producimos. Los empresarios toman decisiones: o compran yates y hacen mansiones más grandes, o reinvierten y tenemos mejores condiciones de trabajo, probablemente fábricas más modernas, probablemente ganen más plata”, detalló.

Abraham se refirió, entonces, a un escenario donde una mayor parte del excedente se lo quedan los y las trabajadoras: “Probablemente también puede haber fuga, puede haber compra de dólares para ahorro o se puede gastar plata en algo como un turismo al exterior, es lo menos, no es lo más importante, pero también los trabajadores en esas decisiones, en mucha menor medida y con menor responsabilidad, también podemos influir en esa forma que adquiere el excedente, lo que sobró. Lo más probable es que ese excedente sea destinado a consumo, a consumo de bienes masivos, pueden ser importados o puede ser producción local. Si destinamos nuestro excedente a consumo local, turismo local, producción local, etcétera, va a haber también otro tipo de crecimiento”.
“Por supuesto que hay un tercer actor que se puede quedar con una parte de este excedente, que va a ser el Estado: se lo puede dar arriba, a los empresarios en forma de estímulos sectoriales, baja de retenciones, quitarles impuestos que en ese caso renuncia a tomar el excedente, dejándolo en mano de los empresarios. Pero también lo puede tomar de otro lado, se lo puede tomar a los trabajadores y dárselo a los empresarios; o también puede tomárselo a los empresarios, que existe esto, por supuesto, que los empresarios y las grandes empresas pagan más impuestos que lo que pagamos los trabajadores. Y pueden destinar una buena parte de eso a obra pública o a trabajadores estatales bien pagos, o sea, aumento de salarios estatales, a que haya planes sociales, a que haya buenas jubilaciones, seguros de desempleo, políticas culturales, universidades, ciencia, tecnología”.
“Este excedente puede adquirir otra forma pensando en otro país”, sintetizó y ejemplificó: “Si el Estado interviene y le quita parte de ese excedente a los empresarios cobrándole más impuestos, este excedente puede volver a la clase trabajadora en forma indirecta a través de todas estas prestaciones que puede darnos a los trabajadores”.
“Entonces, esto es una definición muy amplia, pero nos importa mostrar esta economía como un proceso que está vivo, como un proceso de disputa, como un proceso de poder en donde los trabajadores permanentemente estamos discutiendo quién se queda con nuestro salario”, confirmó.

Natalia Pérez Barreda
El informe de MATE continuó con la intervención de Natalia Pérez Barreda, quien se centró en el sector aceitero y desmotador. “Lo que estamos planteando es que, de alguna manera, en los últimos 10 años, la economía argentina está en una situación de fragilidad, una fragilidad muy extrema, por dos procesos que se dieron en simultáneo. Por un lado, la caída del salario en el mediano plazo. Nosotros ya lo hemos trabajado con ustedes en varias oportunidades, y justamente, la caída salarial se tradujo en una mayor ganancia y esa ganancia se fugó al exterior. Y lo que queremos mostrar es cómo el sector en el que trabajan ustedes es muy protagonista de esta situación”, comenzó la economista.
“¿Qué sucede cuando entramos en esta economía de fragilidad? ¿Qué puede hacer el Estado y qué no puede hacer el Estado? Cómo también el proceso va generando una dinámica donde el Estado y la economía del país es cada vez más frágil ante esta situación. ¿Y quién tiene más poder? ¿Quién va adquiriendo más poder en este tiempo en relación a lo que se puede o no se puede hacer desde el Estado?”, cuestionó Pérez Barreda.
Para dar respuestas, utilizó una declaración de Gustavo Idígoras sobre la liquidación o no del campo. “El mercado de granos está necesitando un mejor precio”, es la declaración de Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y agrega: “Estas 100 millones de toneladas que tenemos que movilizar sólo van a salir de los campos, los acopios y las cooperativas si conseguimos un mejor precio”. “Básicamente, esto es una extorsión”, interpretó la economista de MATE ya que lo que quiere decir Idígoras, en palabras de la economista, es “o devaluás o bajame derechos de exportación”.
“Y esto, claramente, todo este proceso económico de los últimos 10 años fue generando esta debilidad”, explicó Pérez Barreda y aseguró que “el sector es uno de los que está dentro de los dueños de la Argentina”. Con la llegada del gobierno de Javier Milei, se dio la primera baja de derechos de exportación. “Esto ya lo conocen ustedes, donde el Estado nacional se perdió de recaudar 1.500 millones de dólares en conceptos de derecho a exportación. Son 1.500 de millones mientras ajustan al Garrahan, mientras no aprueban la Ley de Discapacidad, mientras la Ley de Universidad queda ahí pagando, los trabajadores estatales, las jubilaciones, podemos seguir sumando. ¿Cuáles son las empresas que se beneficiaron? Todas las más conocidas. Están ahí, que concentran el 90% de este beneficio. Este es el regalito de Milei ante, justamente, la emergencia de dólares y las elecciones de este año. Una política con alto costo fiscal”, denunció.
![Presentación Congreso Noviembre 2025[1] Página 22](https://federacionaceitera.com.ar/wp-content/uploads/2025/12/Presentacion_Congreso_Noviembre_20251_Pagina_22-scaled.jpg)
El cuadro del MATE con las ganancias de las empresas beneficiadas por la baja temporal de retenciones.

Tras las palabras de Pérez Barreda, Sergio Arelovich se refirió a “cuestiones vinculadas con el intento del gobierno nacional de construir lo que ellos llaman una reforma laboral” y aseguró que “la ofensiva del capital que dirige el gobierno es contra la fuerza de trabajo, contra su organización colectiva, contra las federaciones como las nuestras, contra la organización sindical en el territorio”. Mientras que “la excusa de la modernización, que no es la primera vez que aparece, busca en realidad no solo quitar derechos a los trabajadores, sino utilizar una herramienta adicional en materia de aumento de la productividad, que es la extracción o aumento del robo de una parte del excedente, una parte de la acumulación que tradicionalmente debería ir a parar al salario”.
Parado sobre la experiencia argentina de reformas laborales, Arelovich introdujo la “flexibilización laboral” desde la mirada del empleo y desde el empleo no registrado. “Cuando el capital ve que las cosas funcionan, que la economía va viento en popa y necesita expandir sus capacidades productivas efectivamente utilizadas para hacerle frente a esta nueva oportunidad de mercado, toma mano de obra; de lo contrario, cae la mano de obra”, informó.
![Presentación Congreso Noviembre 2025[1] Página 27](https://federacionaceitera.com.ar/wp-content/uploads/2025/12/Presentacion_Congreso_Noviembre_20251_Pagina_27-scaled.jpg)
Y agregó: “La toma de la manera que sea, en blanco, en negro, en gris, en azul, tercerizado, a través de empresas radicadas en la Argentina en el exterior, etcétera”. “Ninguna de las iniciativas de flexibilización laboral tuvo incidencia relevante en la creación o en la destrucción de empleo. Lo que sí tuvo una influencia relevante es la variación del nivel de actividad económica”, sintetizó y añadió que, “por lo tanto, no es esperable que ninguna reforma, tal como se la plantea, haga una innovación en esta materia, sino exactamente todo lo contrario, que se refuerce la asimetría de poder entre empresarios y trabajadores, y la calidad de la creación de puestos de trabajo”.
En ese sentido, destacó que “la flexibilización laboral es la avanzada del capital sobre el trabajo, es aumentar el poder del empresario, disminuir el poder del trabajador a través de un montón de mecanismos”. “Entonces, vincular trabajo registrado con facilidad para contratar o para despedir es un desquicio y, más bien, la relación es la contraria a la que uno se o a la que dice el discurso oficial”, advirtió.
Recordando el inicio de la charla, insistió en que la economía es “un espacio de disputa”. “Hay sectores económicos, hay actores sociales, políticos y económicos disputando, peleando, no solo por quién se queda con el excedente, sino también proyectando una idea de país”, aclaró y preguntó: “¿En qué están pensando estos dueños de la economía o estos tipos que se perciben como los dueños de de la Argentina? Primero, ellos permanentemente apelan o recurren a este viejo sueño que tiene un sector de la oligarquía argentina de hace un siglo hasta la actual, del sueño de una economía sin salarios, es decir, una economía en la cual el capital pueda crecer no por lo que le demande la economía local, sino por lo que se demanda afuera. Esto es la economía exportadora: es desplazar el eje del crecimiento de la economía desde lo nacional hacia el exterior”.
E insistió: “El empresario sueña con que no importe el salario de los argentinos para que la economía esté estable. Sueña con una idea de que su capital se incremente porque exporta cosas y total puede pagar el menor sueldo posible en Argentina. Sueña con este modelo de mano de obra desechable. Que no haya más derecho laboral, que no haya continuidad en las relaciones laborales, que no haya reconocimiento por el trabajo, etcétera. Sueña, en definitiva, con esto, sueñan con tener trabajadores que le produzcan su capital, pero que no se constituyan como clase social, que no exista como clase social. Sueña con una economía sin salarios porque sueña con una economía sin una clase social que le dispute el poder económico y el poder político”.

Sergio Arelovich
“Entonces, frente a esta Argentina que quieren los dueños, pensemos qué economía necesitamos nosotros”, indicó el economista y destacó el trabajo de la Federación: “Creo que la lucha que hace el sindicato, con la bandera del Salario Mínimo Vital y Móvil, que no es solo que un trabajador viva bien como una cuestión independiente y solitaria en su casa consumiendo, sino que es con una economía central en el Salario Mínimo Vital y Móvil. Es una economía en la cual ese salario, en la cual lo que cobra cada trabajador y cada trabajadora va a servir como un como una fortaleza, va a servir como una defensa en realidad de la economía. Como la fuerza de la economía y la fuente de crecimiento económico tiene que ser el salario”. “La única economía que necesitamos los trabajadores y las trabajadoras es la economía que en su corazón tenga este Salario Mínimo Vital y Móvil, que es por el que luchan ustedes”, concluyó Arelovich.


