En la gestión de Javier Milei “están en contra de todo lo que sea la lucha obrera”, aseguró Daniel Yofra, secretario general de la FTCIODyARA: “Quisieran vivir en un mundo en donde nadie proteste, no haya ninguna huelga; por eso quieren el individualismo, porque es más fácil de dominar. Cuando uno protesta solo, una vez le dicen que no, otra vez le explican y le dicen que no, y la tercera vez lo despiden, entonces nadie lo protege, por eso quieren romper con el derecho colectivo, con la negociación colectiva”.

“Aquellas organizaciones que tenemos buenos salarios y que le aportamos mucho al Estado tenemos que salir a enfrentar este modelo económico que vino, evidentemente, a destruir a la clase trabajadora y a los convenios colectivos. Todo lo que sea colectivo lo va a tratar de destruir, y lo está haciendo, evidentemente”, aseguró Yofra.

Asamblea en Molinos Rosario, 12 de agosto de 2024. Foto: Tomás Viú.

El secretario general de la Federación Daniel Yofra fue entrevistado en el podcast “Noticias Desde Liliput”, que conduce Andres Lagotta. Allí, habló sobre la gran Huelga Nacional Aceitera que logró un nuevo acuerdo paritario, la posición del movimiento obrero y la CGT ante el gobierno de Javier Milei y las posibilidades detrás de la fallida estatización de Vicentin.

“Estuvieron cortando los accesos al puerto de Rosario casi una semana. Por la zona del puerto de Rosario, entre otras cosas, salen los cereales producidos en nuestro país para la exportación. Mucha plata. Mucha”, comenzó el conductor del podcast. Y continuó: “Los obreros aceiteros son uno de los mejores pagos de la Argentina, y algunos los presentan como los malos de la película porque se les ocurre pedir aumento de salarios”.

“En solo cuatro días, con el reclamo de aumento salarial, se frenó la actividad portuaria y ocasionó pérdidas superiores al millón de dólares diarios. Más de 10.000 camiones varados en los principales puertos de exportación”, detalló.

“¿Se imaginan? Una fila de 10.000 camiones y 20 barcos estuvieron a la espera de carga en las terminales”, pintó como imagen el conductor que saludó al compañero Yofra y dio inicio a la entrevista que compartimos a continuación:

Para empezar, ¿cómo está el conflicto en este momento?

Hay muchos temas que planteaste en una sola pregunta. El resultado final fue un aumento. Hemos logrado el aumento que venimos pidiendo. A partir del primero de julio estábamos en 1.240.000 pesos, lo que se hizo fue dar un 15% para el 1° de julio, sumar un 5% el 1° de agosto, y pasar a partir de octubre en un 26%. Un 26% para la primera categoría, es decir, para la de peón. Esto lleva a un 1.560.000 pesos para el que recién comienza, para el que barre, para el que no tiene ningún tipo adicional. Esa es la cifra que se arregló a partir de que hicimos una huelga de 7 días.

Nosotros no cortamos los accesos. Nosotros hacemos huelga. Los accesos se cortan debido a la gran cantidad de camiones que llama la empresa a pesar de la huelga, no porque no puedan entrar, sino porque no hay nadie para descargar.

Asamblea en Molinos Rosario, 12 de agosto de 2024. Foto: Tomás Viú.

Es importante esta aclaración porque durante el conflicto la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, había anunciado la puesta en marcha de un comando unificado antibloqueos y piquetes, justamente para la zona del Puerto Rosario, para Vaca Muerta, para Bahía Blanca. Dicen que buscan reforzar la seguridad por medio de una coordinación de fuerzas de seguridad federales y locales. ¿Cuál es el mensaje de este anuncio de Bullrich? ¿Y ustedes qué responden? 

Evidentemente, este gobierno se está encargando de destruir todo lo que es la democracia sindical: protesta, huelga, etc. No me llama para nada la atención. Pero, nosotros hacemos huelga, no hacemos piquete; quizás estamos en los accesos para visibilizar, pero no cortamos ninguno. Los accesos se cortan debido a la gran cantidad de camiones que ellos llaman independientemente de la huelga.

Imaginate que el complejo oleaginoso que va desde Ramallo hasta Timbúes, en la época de cosecha hay mucha cantidad de camiones y, obviamente, cortan debido a que los camioneros están arriba de la ruta o no pueden descargar debido al paro y las empresas los llaman igual, obviamente se genera una congestión. Pero no porque nosotros cortemos los accesos, porque de hecho no hay ninguna imagen, salvo que nosotros hagamos algo afuera de la fábrica para visibilizar el conflicto, sin embargo, no es un corte de ruta ni de acceso a las terminales, simplemente es para visibilizar la protesta.

El gobierno evidentemente ignora todas estas cosas y creen que nosotros hacemos piquete, porque de la única manera que puede poner a la sociedad en contra, que a nosotros no nos afecta en nada, es diciendo que le impedimos trabajar al resto, y es mentira. Nosotros hacemos huelga de los trabajadores y trabajadoras aceiteras.

Asamblea en Molinos Rosario, 12 de agosto de 2024. Foto: Tomás Viú.

Haciendo un poco de historia, hoy los aceiteros tienen uno de los mejores salarios de todo el país, y pareciera, en esto que decís del discurso oficial y a veces no solo del gobierno, que esto está mal. Pero me acordaba hace unos días que a finales de la década del 60, en el siglo pasado, estamos hablando de una historia ya parece viejísima, el conflicto de Córdoba, que después derivó en el Cordobazo, también estuvo encabezado por los trabajadores mejor pago del país, que en ese entonces eran los mecánicos cordobeses. ¿Cómo ves la situación de los trabajadores y de la dirigencia sindical en relación a los planes que están en marcha?

Obviamente que la situación es totalmente diferente. Los dirigentes de aquel momento, los trabajadores y trabajadoras de aquel momento estaban concientizados, con una conciencia de clase única en la historia de nuestro país con respecto a la pelea salarial, a la pelea de reivindicaciones; no es la misma que hoy tenemos, está claro. Hoy tenemos una CGT totalmente pasiva ante los embates de este gobierno que no cesan. En ese momento, la mayoría de los gremios, incluso la CGT, enfrentaba a los gobiernos de turno con los políticos que tenían.

Pero volviendo al tema que planteás que dicen que están en contra. Están en contra de todo lo que sea la lucha obrera, es decir, quisieran vivir ellos en un mundo de ellos, obviamente favorable a su sector, en donde nadie proteste, no haya ninguna huelga; por eso quieren el individualismo, porque es más fácil de dominar. Cuando uno protesta solo, una vez le dicen que no, otra vez le explican y le dicen que no, y la tercera vez lo despiden, entonces nadie lo protege, por eso quieren romper con el derecho colectivo, con la negociación colectiva.

Me parece que, en ese sentido, los gremios que tenemos la posibilidad de controlar la producción en los distintos lugares de trabajo tenemos que salir a luchar, independientemente de qué salario tengamos. Nosotros hoy tenemos un salario acorde a las necesidades que establece la Ley de Contrato de Trabajo y el 14 bis de la Constitución, en donde le garantizamos las nueve necesidades que allí se establecen: alimentación adecuada, vivienda digna, educación, salud, esparcimiento, transporte, vestimenta, previsión y vacaciones. Cada una de esas necesidades tiene un valor que lo da el Indec, no lo ponemos nosotros. Todos los trabajadores deberían cobrar esa plata, ese es el punto de partida, después cada uno con su categoría, con sus adicionales, cobrará otro valor. Pero nos quieren hacer creer, porque la batalla cultural está así planteada, que los trabajadores tienen que ser pobres. Entonces cuestionan por qué nosotros queremos seguir cobrando bien. Porque ya cobrábamos mal, yo tengo casi 37 años de aporte y pasé por la última etapa del alfonsinismo, la peor etapa que tuvimos los trabajadores, que fue el menemismo, conjuntamente con De la Rúa, que estuvo muy poco tiempo, pero se encargó de cambiar o de reformar algunas leyes laborales con la Ley Banelco; entonces, nosotros sabemos lo que es trabajar en empresas ricas siendo pobres. Los que vivimos en esa época no queremos volver.

Asamblea en Bunge Tancacha, Córdoba, 12 de agosto de 2024. Foto: Prensa FTCIODyARA.

Hoy tenemos el 55% de trabajadores pobres, el 40% son registrados, y esa es una responsabilidad que tenemos los sindicatos. No podemos seguir teniendo trabajadores pobres. Esa batalla es la que tenemos que dar. Decir que nosotros desabastecemos y olvidar que el campo en el 2008 hizo 100 días de huelga y no pasó nada, decían que éramos todo granjeros. Sin embargo, era uno de los sectores que más rentabilidad tenía. Porque yo me acuerdo de haber participado de algunas protestas de la Federación Agraria a los finales de los 90 cuando se había creado el Comité de Mujeres en Lucha, donde les remataban los campos. Pero, en el 2008 toda esa situación ya se había remontado y ellos hicieron igual una huelga de 100 días, en donde incluso había tamberos que tiraban la leche a la cuneta porque no les convenía venderla cuando había un montón de chicos pobres que tenían necesidad de tomar esa leche.

Pero esa es una batalla, no me quejo de eso, trato de que los trabajadores y trabajadoras se concienticen y defiendan a su clase, que no compren ese discurso barato que tanto mal le ha hecho a los trabajadores de nuestro país. Si los salarios generarían inflación, hoy tendríamos que tener una inflación de menos de 10% porque hay 55% de pobres.

Asamblea en Niza Villa Mercedes, San Luis, Córdoba, 12 de agosto de 2024. Foto: Prensa FTCIODyARA.

En ese sentido, te quería decir una preocupación. A veces aparece desde los trabajadores sindicalizados, incluso desde algunas estructuras políticas que se plantearía en representarlos, el diálogo con los precarizados, que son los que están más en la lona y que parece que los que tienen el dinero buscan contraponer el organizado que cobra un buen salario con el precarizado que tiene que salir en bicicleta, en motito, en el auto, a sostener un ingreso diario. ¿Cómo se puede políticamente hablarle a esos precarizados para que se puedan organizar y también luchar por sus derechos?

Nosotros no tenemos el problema que tienen los maestros o los estatales que les ponen a la sociedad en contra. Nosotros no dependemos del Estado, dependemos de las empresas privadas, por eso creo que lo que tendría que pasar para revertir esta situación es que 10 o 15 organizaciones que tienen impacto económico se pongan a luchar por todos esos trabajadores.

No le podemos pedir comprensión al que se está muriendo de hambre, porque ni siquiera tiene proyecto en la vida. Porque el que tiene necesidades, lo único que piensa es en cómo llegar a fin de mes, o si tiene que elegir entre comer, o alquilar, o poder vestirse, o poder viajar. Es decir, no tiene muchas alternativas. Entonces, no podemos pensar o detenernos a querer convencer a esa gente que dice, “ustedes hacen paro que cobran más de un millón de pesos y yo que cobro 500 mil pesos tengo que trabajar todos los días”; es lógico que piense así, porque no le queda otra alternativa. Por algo uno cree siempre en la ilusión de poder ganarse la lotería para poder salir de esta vida indigna que tienen como trabajadores, y no piensa en luchar. Todavía seguimos creyendo en algo. Por eso creyeron en este gobierno que está minado de empresarios y desprecia, detesta a la clase trabajadora.

Sin embargo, nosotros como representantes de trabajadores y trabajadoras privadas y con el impacto económico que tenemos en el país, tenemos que seguir luchando. Será una responsabilidad de cada sector y nosotros tenemos la responsabilidad de enfrentar a este gobierno. Esa es la responsabilidad que queda, porque está claro que la CGT no lo hace, porque ellos han manifestado que no hay motivo para ir a la huelga, no hay motivo para manifestar.

Yo considero que sí, que hay muchos motivos. Creo que la flexibilización laboral, la Ley Bases, fue uno de los motivos y no se hizo absolutamente nada, o lo que se hizo fue insuficiente. Me parece que aquellas organizaciones que tenemos buenos salarios y que le aportamos mucho al Estado tenemos que salir a enfrentar este modelo económico que vino, evidentemente, a destruir a la clase trabajadora y a los convenios colectivos. Todo lo que sea colectivo lo va a tratar de destruir y lo está haciendo, evidentemente.

Asamblea en Molino Cañuelas, conurbano bonaerense, 12 de agosto de 2024. Foto: Prensa FTCIODyARA.

Una duda que me quedó de hace ya varios años. Hubo un momento en que en esa zona donde están ustedes, donde se produce, donde se comercializa la riqueza que se produce en nuestro país, en las barrancas del Paraná, estuvo en discusión la nacionalización de Vicentin y eso podría haber abierto una situación donde el Estado podía intervenir en un mercado muy concentrado donde hay cinco grandes empresas exportadoras. ¿Cómo ven ustedes, desde los aceiteros, este ida y vuelta que hubo con Vicentin y qué se hubiera podido hacer?

Cuando fue el anuncio del ex presidente Fernández, lo veíamos con buenos ojos, no por ser partidarios del gobierno anterior, sino porque consideramos buena la intervención del Estado (que lo hace de hecho, lo que pasa es que muy poco lo ven, cuando estatizan la deuda de los privados, eso también es una intervención del Estado). Lo que queríamos en ese momento era que intervengan; nacionalizar, es un título que al gobierno anterior le quedó muy grande. Pero sí intervenir. Primero para que paguen la deuda, porque son unos estafadores, y esa deuda la tenemos que pagar entre todos los argentinos. Una deuda que tienen ellos pero que no es privada, es una deuda que si no se paga, la estatizan. Entonces la seguimos pagando nosotros. Segundo, porque el hecho de que intervengan los gobiernos en este tipo de empresas, le va a dar la posibilidad de que haya más controles. Por eso se unificaron las empresas agroexportadoras en defender a Vicentin.

El problema no era que tenían miedo de que se funda Vicentin, el miedo de ellos era que haya más controles, para poder hacer los negocios que vienen haciendo desde hace mucho tiempo, y poder seguir llevando la plata afuera. En ese momento, para nosotros era como un mensaje revolucionario, pero evidentemente no le dio el piné al Presidente en ese momento y volvió para atrás una semana antes de que se caiga el decreto. Son cosas que ocurren en este país, pero insisto en esto, y quiero recalcarlo: hay que empoderar al movimiento obrero y no pensar que va a venir un mesías político que nos va a salvar.

Seguramente nos va a salvar una política más inclusiva y que tenga en cuenta a los trabajadores, que somos realmente lo que producimos en este país. Si te ponés a pensar, incluso hoy, el Estado a través de los legisladores no funciona, porque si hacen algo en contra de lo que quiere el Presidente, lo vetan. Estamos gastando 1.700 millones de pesos por mes en legisladores que no funcionan como corresponde.

Y nosotros sí, nosotros en la pandemia tuvimos que salir a trabajar, se nos murieron los compañeros, infectados dentro de los lugares de trabajo, porque éramos imprescindibles, éramos indispensables. Entonces, ¿quién le garantiza el sustento económico al Estado? Los y las trabajadoras. A mí, sinceramente, la política partidaria me interesa muy poco en función a que si nosotros no nos fortalecemos, cualquiera va a querer hacer lo que quiera, o con cualquier excusa. Por eso considero que hay que empoderar al movimiento obrero a través de sus dirigentes sindicales y no los partidos políticos.

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