Yofra llamó a luchar y discutir “independientemente del color político de los gobiernos”
Desde la FTCIODyARA participamos del II Seminario “Desde el fin del mundo al encuentro de las trabajadoras y trabajadores” organizado por el Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación Fueguina (SUTEF). El compañero secretario general Daniel Yofra, junto a Marco Pozzi, secretario de Salud Laboral y secretario general del SOEAR, y el asesor legal Carlos Zamboni estuvieron presentes en Tierra del Fuego para contar la experiencia de lucha de nuestra organización gremial.
Por Prensa FTCIODyARA. Fotos: Prensa SUTEF.
En el contexto de un encuentro cruzado de importantes debates sobre una realidad nacional de crisis y ataques de los gobiernos y los patrones a la clase trabajadora, el compañero Yofra participó de la mesa “Conducción sindical en la industria privada”.
Fue uno de los momentos destacados del Seminario organizado por SUTEF para las organizaciones sindicales de la región y las y los delegados docentes fueguinos, y que tuvo lugar los días 22 y 23 de agosto Centro Cultural Esther Fadul, en la ciudad de Ushuaia, provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.
Allí, comenzó agradeciendo la invitación del sindicato docente local, cuyo secretario general, Horacio Catena, nació en la provincia de Santa Fe. Incluso, por esas casualidades de la vida, estudió en el mismo establecimiento escolar que Yofra, que reflexionó: “Fuimos juntos al mismo colegio en Rosario, terminamos el mismo año y no nos conocíamos. La vida, el sindicalismo, la lucha por la clase trabajadora nos juntó”.
Yofra celebró el encuentro sindical y recordó a “los dirigentes que han dado la vida, que han sido perseguidos, desaparecidos, encarcelados”. Aseguró que la mejor actitud para agradecerles es ser “combativos”. En ese sentido, abrazó la tarea del sindicato docente: “Veo que la lucha de ustedes es mucho mayor que la nuestra. Ustedes hace muchos años que se vienen enfrentado a los distintos poderes; y no sólo al político y al capital, sino también al poder de la sociedad y de la crítica. Ese es un problema que no tenemos los privados”. Sin embargo, relató como en la última Huelga Nacional Aceitera de siete días – que aclaró “es lo menos que hemos parado”- se había intensificado el ataque de la prensa. Ante las acusaciones sobre que “ganamos mucho” y “le hacemos perder al país”, Yofra respondió: “Les comentaba a algunos desmemoriados, o a algunos mercenarios de la noticia, que en el 2008 hubo 100 días de huelga en nuestro país, donde tamberos tiraban la leche que había de darles a los chicos pobres. Entonces, les decía que me faltaban 97 días y medio para poder desabastecer el país, si es que una huelga hace eso”.
“El problema no es si nosotros ganamos mucho y hay compañeros y compañeras que ganan poco, el problema es la lucha. Odian a los luchadores. Y la batalla cultural es esa: nos quieren hacer creer que tenemos que ser pobres como trabajadores, cuando hace 50 años uno buscaba trabajo para dejar de serlo”, sentenció. En este escenario, Yofra resaltó que este es el trabajo de “aquellos dirigentes que realmente sabemos cuál es el punto de partida de la batalla cultural” y advirtió: “El problema para muchos sectores de nuestro país, que nos gobiernan desde hace mucho tiempo, es la lucha”. “Si se ponen a analizar, ningún gobierno democrático avaló una huelga. Absolutamente nadie, ningún gobierno, sale a decir que los huelguistas tienen razón, que los que luchan, los que copan las calles, tienen razón. Jamás”, reiteró y convocó: “Es una lucha que nosotros tenemos que dar permanentemente”.
Yofra compartió con las y los presentes sus inicios como trabajador aceitero en Dreyfus, en 1992, y contó que en una de las empresas “más grande del mundo en molienda de soja”, las y los trabajadores “éramos pobres en esa industria”. “Hoy muchos quieren desestimar la lucha aceitera, y de aquellos trabajadores que ganamos bien, diciendo que la empresa lo puede pagar. Y, en ese momento, éramos pobres trabajando en esa industria”, reflexionó. “Sin embargo, no teníamos la fuerza suficiente para salir a pelear”, explicó. “En mi inicio como delegado en 1993, yo era el que hacía reuniones clandestinas, porque a los compañeros que veían conmigo los despedían y no lo podíamos defender porque teníamos una debilidad en la organización terrible”, recordó y lamentó que “hoy le pasa a la gran mayoría de los trabajadores y trabajadoras de nuestro país”. “En ese momento, pensábamos que si la Federación, el sindicato, no nos defendía, la organización estaba débil. Ni hablar a la CGT, sumisa en la mayoría de los 40 años de democracia que tenemos”, criticó.
“¿Qué les pasa hoy a la mayoría de los gremios que hace unos años atrás luchaban y ahora no quieren hacerlo? ¿No tienen problemas económicos? ¿No los afectó la transferencia de recursos del bolsillo de los trabajadores hacia las empresas que más ganan en este país, como la alimentación, el petróleo, las empresas de energía? ¿No tienen motivo para luchar? ¿Tienen miedo del carpetazo? ¿Tienen miedo directamente? Sinceramente no lo entiendo, pero no nos podemos quedar con ello”, cuestionó y propuso como contracara a “aquellos que tenemos la conciencia de luchar, que pensamos que los trabajadores tienen que cobrar un salario que les alcance para vivir dignamente, como lo establece la Ley de Contrato de Trabajo en su artículo 116 y el 14 bis de la Constitución Nacional, donde hay necesidades que son muy claras para todos los trabajadores y trabajadoras de nuestro país: vivienda digna, alimentación adecuada, educación, salud, esparcimiento, vestimentas, transporte, previsión y vacaciones”. “Ese es el punto de partida que deberían tener todos los trabajadores y trabajadoras de nuestro país para vivir dignamente; ese debería ser, por lo menos para nuestro criterio, el común denominador de las organizaciones para juntarnos”, sentenció y añadió: “No nos podemos seguir juntando para ver a qué gobierno votar, sino para luchar contra cualquier gobierno, contra el sistema que nos oprime, que nos precariza, como el último tratamiento y aprobación de la Ley de Bases”. “Si no podemos luchar para eso, ¿cómo podemos pensar que vamos a luchar individualmente por nuestros trabajadores?”, insistió y contextualizó que el gobierno de Javier Milei vino “a romper los convenios colectivos, vinieron a destruir el Estado. Vinieron a destruir todo lo que estaba mal, no lo vinieron a arreglar. Son unos miserables. Este es un gobierno compuesto, en su gran mayoría, por empresarios o por políticos que heredaron el poder. Y los legisladores también lo son, porque si no, no se puede entender que hayan votado una ley que precariza a los trabajadores y trabajadoras y que nos lleva 100 años para atrás”. Yofra también apuntó a los dirigentes sindicales que, “en su gran mayoría, no salieron a luchar cuando se trató la ley en el Congreso. Se cagaron en 100 años de lucha”.
Retomando la lucha por el Salario Mínimo, Vital y Móvil, el secretario general de la Federación aseguró que “lo único que le va a dar fortaleza a la clase trabajadora es la conciencia” y explicó: “Si nosotros podemos lograr que los trabajadores sean conscientes que tienen que cubrir esas necesidades con su salario, seguramente otro va a ser la historia del movimiento obrero”. En ese sentido, puso de ejemplo la lucha de las y los trabajadores organizados dentro de la Federación: “Hoy la conciencia que tienen los trabajadores aceiteros y desmotadores de todo el país, hace que nos paremos no solo contra una empresa, sino contra un gobierno que desprecia a la clase trabajadora y a su lucha, que viene a eliminar nuestros derechos y la acción colectiva que tienen los sindicatos”. Así, resaltó la situación de la clase trabajadora: “Del 55% de pobres que tenemos en nuestro país, el 40% es responsabilidad de los sindicatos porque son trabajadores registrados”. Yofra sostuvo así su constante crítica hacía la “sumisión” CGT que genera que “los trabajadores estén desesperanzados” y aseguró que “esa es la batalla que hay que dar porque cada vez que hablan mal de los sindicalistas, no es porque quieren el bien para los trabajadores, sino que es para que no crean más en sus dirigentes sindicales y poder dominarnos aún mejor”.
“Lo ideal sería que las CGT y las centrales, que deberían defender al movimiento obrero, salgan a luchar por un objetivo que para mí es el principal: el salario. Porque seguramente si como trabajadores tendríamos satisfecha esa necesidad, podríamos pensar de otra manera, no si llegamos a fin de mes o no. Seguramente la situación sería mucho más fácil. Pero como no es así, el deber que tenemos es concientizar a nuestros trabajadores que detrás de todas las necesidades tiene que haber lucha, porque si no la hay, va a ser muy difícil que podamos torcer esta situación, si no copamos nuevamente las calles, si no hacemos huelga como herramienta principal de la clase trabajadora va a ser muy difícil que podamos dar vuelta a esto”, aseguró.
“Mi homenaje para aquellos luchadores que han perdido su vida y su libertad, que han sido perseguidos, es la lucha. Eso es lo que puedo ofrecer como dirigente sindical y todos los dirigentes que me acompañan hacen lo mismo. Si queremos hacer un homenaje a todos aquellos que han luchado durante más de 100 años, luchemos; discutan independientemente del poder y del color político de los gobiernos que hayan. Ustedes son un ejemplo de eso. Muchas gracias”, concluyó entre aplausos el secretario general de la Federación.
La regresiva reforma laboral de Milei
En el Seminario también participó el abogado y asesor legal de la Federación, Carlos Zamboni, quien intervino en la mesa “Derecho Laboral”. Tras agradecer la invitación, recordó su participación en 2023 y aseguró: “Del año pasado acá creo que nos pasaron un montón de cosas que no imaginábamos cuando analizamos la situación de la clase trabajadora”. “Hoy nos encontramos ya debatiendo una nueva reforma laboral regresiva, entre otras que viene planteando el Gobierno, que se inscribe en el marco de una larga historia que sufrió la legislación laboral del trabajo, especialmente la Ley de Contrato de Trabajo”, explicó. Zamboni hizo referencia al mega DNU (frenado por acciones legales) que “era mucho más ambicioso en cuanto a la reforma regresiva que proponía” en relación a la aprobada Ley Bases. Sobre esta última resaltó sus puntos más críticos y que “tienen un impacto directo, no solo en la vida de los trabajadores y trabajadoras, sino principalmente en las organizaciones gremiales y de lucha”.
El abogado laboralista se refirió a la reforma laboral, que “no tiene nada de nuevo” y que “se enmarca en una escuela que ya hemos sufrido muchos, esa tragedia que fue en los 90”. “¿Cuál es el mecanismo de ajuste, decíamos el año pasado, que plantea que este tipo de gobierno, ante la imposibilidad de que la tasa de ganancia de los empresarios se recupere? Sigue siendo el clásico, y la institución más vieja y más fuerte del capitalismo, que es la relación capital-trabajo. Donde ponen su objetivo principal para salir de la crisis que va atravesando el capitalismo es en el mercado de trabajo”, advirtió. Zamboni repasó la caída de los salarios: “Este gobierno promueve la rebaja del salario real como lo promovía Cavallo en los 90”. Y agregó: “Lo hace a través de las devaluaciones y de la inflación y también promueve el despido. Es decir, en su forma de ver la cosa, lo que tiene que suceder en este país y está sucediendo es que cierren fábricas, que haya más desocupados, que haya menos salarios y dejar libre al mercado para que tire abajo el precio por el cual las clases trabajadoras venden sus fuerzas de trabajo, que haya más desocupados y eso va a generar mágicamente una recomposición de la economía”.
Zamboni resaltó el contexto en el que se encuentran las organizaciones sindicales: “El sindicalismo argentino, con todas las críticas que podríamos sentarnos a hacer, ha sabido resistir en dictadura y en democracia; por supuesto que hay sindicatos patronales que, desde los 90, han promovido todas estas reformas regresivas en sus actividades y pasan a ser vistos un poco como unos enemigos. Pero la mayoría de los sindicatos y la fortaleza de la clase de trabajadores se ven en esa resistencia”.
Tras hacer un repaso por algunas de reformas, o intentos, que se hicieron en la historia del movimiento obrero, Zamboni explicó algunos de los puntos de la nueva reforma de la Ley de Contrato de Trabajo y resumió: “Todo lo que sea imposibilidad de despedir, lo ven como un obstáculo al mercado de trabajo porque lo que buscan es que la ley de la oferta y la demanda sea la única que rija la vida de los trabajadores y trabajadoras”, advirtió. En ese sentido, el abogado laboralista preguntó: “¿Cuál es el primer obstáculo a la hora de que el capital pague el salario que quiera?”. “Nosotros, los que estamos acá”, respondió y explicó: “Esta política lo que busca es destruir a los sindicatos, por supuesto, como lo buscaba la dictadura cívico-militar, como lo buscaban en los 90, y ante eso no van a tener límite”. “Una vez más, como lo ha sido a lo largo de la historia del mundo, está en manos de nosotros y de nosotras la posibilidad de enfrentar, de resistir y de avanzar sobre este modelo que, insisto, se basa en que los salarios sean vendidos con una mercancía más, porque la diferencia y la clave es que ese concepto de Salario Mínimo, Vital y Móvil, con las nueve necesidades que hoy decían acá los compañeros dirigentes, te garantiza un piso”, indicó el abogado.
Zamboni recordó que previo a la dictadura cívico-militar “La clase trabajadora tenía salarios que te permitían soñar; como decía hoy otro delegado, ‘el ataque al salario es un ataque también al sueño’. Conseguir mi trabajo significaba dejar de ser pobre, poder pensar en una vida, planificarla, tener una casa, tener acceso a esas necesidades”. “Desde el 76 para acá el capitalismo ha roto eso y lo que necesita es que la mayoría de la clase trabajadora perciba salarios por debajo de su valor, es decir, tan sencillo como que no te alcanza para llegar a fin de mes, o si llegas te ves privado de un montón de necesidades que son derechos de todas las familias de la clase trabajadora”, rememoró. “Lo que vimos durante el macrismo, lo que estamos viendo ahora es que el capital en estos momentos de la crisis, todas las empresas, lo que hacen es bajar el salario real, despedir y por supuesto hay una crisis, ¿venden menos? sí, venden menos, ¿ganan menos? y yo diría que no”, denunció y explicó que “no ganan menos porque, como fue durante el macrismo, compensan su tasa de ganancia bajando el salario a la clase trabajadora, y en todo caso el Estado subsidia, ahí más que salario diferido hay ganancia diferida, porque hay una transferencia enorme del Estado al capital que se ve en las otras leyes como el RIGI y las que facilitan el blanqueo”.
“No es nada nuevo para nosotros enfrentar a un gobierno de patrones, que inclusive ni siquiera tiene el pudor, como en otra etapa, de esconderse. Acá sabemos en qué estudio jurídico fueron escritas estas leyes que hoy están habilitando el despido discriminatorio, tipificando como una causa de despido, por primera vez, el bloqueo de un establecimiento”, advirtió. Sin embargo, aseguró que “estas reformas no van a frenarnos, no han frenado nunca a la clase trabajadora, ni en los 90, ni en la dictadura, donde no sólo amenazaban con echarte o con meterte preso, sino que te desaparecían”.
“El principal objetivo de estas reformas es dividir y destruir la solidaridad obrera en los lugares de trabajo”, denunció al tiempo que indicó: “Hay experiencias que han demostrado que esto se puede revertir”. “Para no terminar siendo tan pesimista, y pecando de optimista, estos espacios nos ayudan a reflexionar y a pensar en estos desafíos, pero también tenemos que ver para atrás y ver que las organizaciones sindicales de Argentina, en los últimos 20 años, se han fortalecido. Algunos han hecho plata, podríamos decir, y la utilizarán para otras cosas, pero la realidad es que somos una generación de dirigentes, de abogados, de militantes que estamos en los sindicatos, que llevamos 20 años ininterrumpidos de negociación colectiva, de organización, de huelga”, celebró.
“Es cierto que hay trabajadores que no están representados por su sindicato. Ahora, los que sí lo estamos, tenemos el deber de ver cómo avanzamos y cómo incorporamos a esos compañeros de clase a la lucha. Tenemos las herramientas y la memoria colectiva de a dónde no queremos volver. Si nos hacemos la pregunta, acá en Tierra del Fuego, si queremos ver de nuevo a los trabajadores industriales desocupados, las fábricas cerrando y la policía matando a los que pelean en la calle, y todos me imagino que vamos a decir que no. Para eso es que estamos acá, y para eso es que les traigo por lo menos estas reflexiones que nos van a ayudar a avanzar un poco”, concluyó.
El sentido de la lucha obrera
Por su parte, el secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros de Rosario (SOEAR) y Secretario de Salud Laboral de la Federación, Marco Pozzi, participó del debate sobre la “Perspectiva del Movimiento Obrero y Sindical en el gobierno de Milei”.
Tras agradecer la invitación, Pozzi aseguró que, tras escuchar los distintos paneles, “hay una idea que no se dijo tanto y me hubiese gustado que se diga más, que tiene que ver con que nosotros como clase tenemos que dar un sentido a todo lo que hacemos, un sentido al salario, un sentido al deseo de los trabajadores, un sentido a la necesidad de los trabajadores, un sentido a la lucha de los trabajadores, para no convertir esto en un luchismo”. En esa línea, el secretario general del SOEAR contó sobre la lucha aceitera y explicó la “posición de autonomía” que tiene la Federación y los sindicatos que “siempre levantamos la voz e hicimos huelga esté quien esté de frente defendiendo la necesidad de los trabajadores”. “Nuestra lucha es la del Salario Mínimo, Vital y Móvil y la realizamos esté quien esté al frente, ese creo que es nuestro sentido”, agregó.
Pozzi resaltó que las instancias de encuentro entre “quienes hablamos el mismo idioma”, como este Seminario, “son alentadoras porque lo que nos toca a nosotros, los trabajadores, es luchar; nunca nos van a dar nada, siempre vamos a conseguir lo que nos corresponde en la medida en que luchemos, que seamos persistentes, y me parece que lo que deja este plenario es un frente de lucha”. Pozzi contó que “desde hace tiempo” se encuentran debatiendo “cómo atravesamos la barrera que diferencia al trabajador del Estado del privado” y aseguró que en este Seminario “quedó bien en claro: salario, salud y condiciones de trabajo”. “Ahora habría que darle un amplio sentido a esas tres palabras para que podamos llegar a luchar tanto en el sector estatal como en el sector privado por las mismas condiciones”, propuso.
Pozzi ejemplificó la propuesta a través de la experiencia de coordinación entre el sindicato aceitero de Rosario, el SOEAR, y AMSAFE Rosario, de docentes. “Fuimos juntos a hacer asamblea en todas las plantas y hubo algo interesante: nuestros compañeros entendieron por qué los docentes de AMSAFE hacían huelga, por qué reclamaban un mejor salario, aunque parezca lógico y sabiendo que nada es obvio, es bueno discutirlo y hablarlo con compañeros de otros sectores”. En ese sentido, reiteró: “Me parece muy interesante seguir transitando este camino a través de la lucha, pero rompiendo la barrera que nos separa, que tiene que ver con a qué sector se está representando”. “Hace mucho tiempo que nosotros venimos tratando de construir o de ampliar la lucha que llevamos adelante, de poner nombre a cada lucha, con el eje del salario y con la clase obrera al frente y yendo a conseguir lo que necesita para vivir dignamente”, relató. “Nos invito a que sigamos fortaleciendo este vínculo y seguramente vamos a llegar a buen puerto porque lo que se escucha acá y lo que se ve es buena madera y por lo que nosotros conocemos a nuestros dirigentes y trabajadores también tenemos buena madera, gracias por invitarnos y por recibirnos”, concluyó.
En la misma mesa habló luego nuevamente el compañero Daniel Yofra y cerró de esta manera: “Creo en la unidad de lucha y en que el objetivo principal tiene que ser un motivo que nos una a todos. Creo que el salario es ese motivo. La lucha por el Salario Mínimo, Vital y Móvil es un motivo que abarca a la mayoría de las y los trabajadores y en ese sentido tiene que ir la unidad. Mi optimismo se basa en las distintas organizaciones, como las Madres de Plaza de Mayo, Abuelas,H.I.J.O.S, el CELS, ustedes, nosotros, luchando permanentemente de seguro vamos a poder construir algo muy bueno para mejorar la vida de las y los trabajadores de nuestro país y a sus familias”.