“Tenemos democracia sindical, tenemos la herramienta de la huelga y la sabemos usar”
Durante dos jornadas intensas de debate y formación sindical, en las que se trabajó en profundidad sobre nuestras conquistas y derechos laborales, y los desafíos que enfrentamos como organización gremial en el marco de la ofensiva lanzada contra la clase trabajadora, se desarrolló el Decimotercero Plenario de Delegadas y Delegados de Base Aceiteros y Desmotadores.
Más de 150 compañeras y compañeros delegados y dirigentes de los sindicatos adheridos y de la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina participaron y debatieron, junto a asesores y compañeros dirigentes de organizaciones hermanas, en el marco del decimotercero Plenario de Delegadas y Delegados de Base de nuestra Federación, que se realizó durante los días 16 y 17 de abril en el auditorio de la FOETRA, Sindicato de las Telecomunicaciones, ubicado en el barrio de Once de la Ciudad de Buenos Aires.
Crónica: Prensa FTCIODyARA. Fotos: Nicolás Parodi.
En la apertura, el compañero Secretario General de la FTCIODyARA, Daniel Yofra dio la bienvenida a todas y todos los presentes, señaló las consecuencias de la brutal política económica de ajuste lanzada por el gobierno nacional, que “licuó los salarios en tres meses” y valoró que en estas instancias colectivas, plenarios nacionales de delegadas y delegados y congresos ordinarios y extraordinarios, es cuando “se definen las medidas de fuerza”.
“Ustedes saben que siempre la idea de esta Federación, desde el 2010 que empezamos con el primer Plenario, es siempre ayudarlos a pensar”, planteó el máximo referente de la organización gremial aceitera y desmotadora. “Que tengan la posibilidad, que muy pocos tienen, muy pocos dirigentes, me refiero en todos los niveles, de poder hacer este tipo de eventos, de tratar no solamente de ayudarlos a pensar sino también de resolver determinadas acciones de la Federación a futuro, como una huelga”.
“Cuando la Federación convoca una huelga”, indicó Yofra, “no es un capricho de la Comisión Directiva, sino un mandato que nosotros recibimos tanto de los Plenarios de Delegados y Delegadas como de los Congresos. Así que bueno, esta vez no va a ser la excepción”.
“Por eso hemos convocado, y les doy las gracias, a los compañeros y compañeras que van a disertar y que nos van a ayudar a pensar en las distintas problemáticas que estamos teniendo, no sólo como Delegados, como Comisión Directiva, como sindicalistas”, planteó, para avanzar sobre una de las mayores preocupaciones de estos momentos: “Sino también en la problemática que tienen los compañeros de interpretar determinadas cosas. Cuando se habla de esa batalla cultural que nosotros venimos perdiendo día a día, por los grandes medios y también por falta de gritar un poco más. Por eso hoy tenemos el gobierno el gobierno actual. Nosotros somos responsables, no somos los culpables, los culpables son los que estuvieron antes de que este gobierno hoy esté a cargo de nuestro país, pero sí somos los responsables de no haber gritado lo suficientemente fuerte para hacernos escuchar en el momento que correspondía”.
“Por eso, y obviamente, no estoy hablando particularmente de los aceiteros. No es una responsabilidad solamente de los aceiteros poder decirle a nuestros compañeros trabajadores y trabajadoras cuál es el camino. Muchos de ustedes deben haber escuchado, no solamente en la fábrica, sino en sus hogares, de que ‘la política a mí no me da de comer’, bueno hoy por esta política tenemos el 57% de pobres. Por esta política se nos licuó en tres meses el salario a todos los trabajadores”.
“Entonces, por eso, nosotros tenemos que ser responsables”, indicó Yofra. “No solamente de la responsabilidad como delegados sino como ciudadanos. Pero para tener esa responsabilidad también tenemos que tener conciencia de clase, que es la que no tiene en su gran mayoría la clase política e incluso algunos dirigentes sindicales, que hoy necesitaríamos de que se pongan al frente del padecimiento que están sufriendo los jubilados, los desocupados, los pobres, los trabajadores”.
“Entonces es importante, como siempre, prestar atención para que ustedes tengan la herramienta necesaria. Para que puedan ir a sus lugares de trabajo y hagan asamblea y les comenten todo lo que han escuchado acá. Y si no están de acuerdo participen, levanten la mano, no se queden con la duda”, invitó el compañero Secretario General. “Es muy importante que ustedes cuando se vayan al lugar de trabajo sepan qué responderle a los compañeros”.
“Esta política licuó los salarios en tres meses y acá estamos para defender el salario”, dijo nuestro secretario general, @DanielYofra, en la apertura del Plenario de Delegadas y Delegados de Base Aceiteros y Desmotadores.#Aceiteros #Desmotadores #Salario #SMVM pic.twitter.com/X32Rr5lGqZ
— Federación Aceitera Desmotadora FTCIODyARA (@FTCIODyARA) April 16, 2024
“En esta Federación, creo que estamos convencidos que no es solamente un grupo minúsculo el que está a cargo de las decisiones políticas, tenemos asesores, el resto de la Comisión Directiva y los tenemos a ustedes que nos guían y nos dicen cuál es el camino que hay que seguir”, aseguró Yofra, enfatizando el valor de la democracia sindical, y de las responsabilidades que su ejercicio reclama.
“No es una opción las decisiones que se toman en los Plenarios y en los Congresos. Si los Congresos y los Plenarios facultan a la Comisión Directiva de la Federación a tomar medidas de fuerza, no es una opción. No es decir, bueno voy a ver yo qué hago en la fábrica ¿se entiende?”, señaló.
“Si nosotros conducimos los destinos de esta Federación y le allanamos el camino como nunca había ocurrido en esta Federación. Porque yo fui delegado en el año 93 y no tenía una Federación que consiga salario”, recordó el dirigente, “que me dé la posibilidad de que en todas las empresas independientemente de las leyes tengamos un Comité Mixto de Seguridad e Higiene Industrial, que haya elecciones de delegados. Nosotros en el 2010, el primer Plenario que hicimos había 100 delegados, de los cuales 70 eran Comisión Directiva. No había elecciones de delegados en ningún lado”.
“Por eso, insisto en esto, vamos a hablar de muchos temas interesantes, y quisiera resaltar un nombre”, dijo Yofra, y buscó al compañero con la mirada. “Porque hoy después de mucho tiempo el STADYCA nuevamente negocia con los desmotadores de algodón, y yo sé que se va a anunciar mañana, pero han logrado un aumento para los compañeros y compañeras desmotadores muy bueno, muy bueno. Quiero darles la bienvenida a Victor González, Secretario General del Stadyca y María Verón, Pro Tesorera del STADYCA, gracias por venir”, celebró, en medio del aplauso de las y los presentes.
Además, agradeció a los compañeros del FOETRA y a su Secretario General, Claudio Marín, por haber brindado a nuestra Federación las instalaciones del gran auditorio que poseen en su sede gremial, y a continuación, llamó a los panelistas de la primera mesa a tomar lugar.
Panel de Reforma Laboral, Criminalización y Derecho de Huelga: “Quieren regular las herramientas con las que el movimiento obrero construyó siempre el poder popular”
El 13° Plenario de Delegadas y Delegados de Base Aceiteros y Desmotadores que se desarrolló en el auditorio principal de FOETRA comenzó con el panel de Reforma Laboral, Criminalización y Derecho de Huelga. Del mismo participaron Juan Carlos Capurro, Vicepresidente Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) y Asesor Legal Penal de la FTCIODyARA junto con los abogados laboralistas Matías Cremonte, Presidente Asociación Latinoamericana de Abogados y Abogadas Laboralistas (ALAL), Eugenio Biafore, y Alexis Barraza, los tres asimismo asesores de la FTCIODyARA.
La presentación del panel estuvo a cargo de Cremonte, quien destacó la importancia de esta temática ante las políticas del gobierno de Javier Milei y explicó que “no es casual que hablemos de reforma laboral y criminalización de la protesta en el mismo panel”. En ese sentido, habló de la relación del Decreto de Necesidad y Urgencia 70/2023, conocido como mega DNU, que tiene un capítulo referido a la Reforma Laboral a la cual calificó como “regresiva”, y la Ley Ómnibus que modifica el Código Penal buscando profundizar en artículos “históricamente utilizados para criminalizar la protesta”. Por último, habló del Protocolo de la ministra de Seguridad nacional, Patricia Bullrich, que reglamentó, “en un sentido absolutamente ilegal”, el ejercicio del derecho de manifestación y la libertad de expresión. Más allá del avance o no de estas normativas, Cremonte aseguró que estas políticas “están sobre la mesa” por lo que es importante analizarlas.
Capurro comenzó el análisis de la criminalización de la protesta con una pregunta: “¿Cómo creemos que hay que enfrentar este avance contra el sagrado derecho a la protesta, a la movilización y a la huelga?”. En ese sentido, explicó que “el gobierno actual pretende llevar adelante un nuevo ataque en la historia de nuestro país contra nuestros derechos y nuestras conquistas”.
Para recordar la historia de la clase obrera argentina y los fracasos de quienes quisieron enfrentarla, Capurro mencionó La Semana Trágica, los fusilamientos de la Patagonia, la Fusiladora del 55 y el último golpe cívico-militar de 1976, cuando “el Ejército iba a las asambleas de fábrica”. También hizo memoria sobre el gobierno del ex presidente Carlos Menem que comenzó una “campaña sistemática de judicialización” que se sostiene hasta hoy. “Todos fracasaron”, remarcó. “Hoy estamos en una situación compleja. Buscan desorientarnos y desmoralizarnos”, aseguró al tiempo que sentenció: “La criminalización de la protesta social en este país no triunfó nunca”.
“Entonces ahora de lo que se trata es de confundirnos”, agregó. En ese sentido, habló del Protocolo de Patricia Bullrich e informó que se presentó un amparo por su inconstitucionalidad. “Todas las medidas que se plantean en el Protocolo están prohibidas por la Constitución nacional”, aseguró. Sin embargo, denunció: “Ningún juez se quiere pronunciar al respecto, pese a que es su obligación”.
Sobre esta estrategia judicial y las políticas del gobierno actual, Capurro destacó que no son “nuevas” por lo que planteó continuar con las estrategias de “asambleas, movilización y lucha”. En particular sobre el papel del trabajo de los abogados detalló: “Si hay lucha de la clase trabajadora, nosotros acompañamos porque es la única que puede salvar a la humanidad de la barbarie a la que estamos entrando cada vez a pasos más acelerados”. “En cada caso lo que hicimos fue ayudar a documentar porque es importante dejar registro escrito histórico. Porque los que están buscando derrotarnos tienen que tomar nota de que nosotros vamos a tener memoria histórica de todo lo que están haciendo”, advirtió.
“Cuando un pueblo lucha, todo es posible”, aseguró e insistió: “La política y la criminalización que está en curso, ya la hemos derrotado en el pasado y podemos volver a hacerlo. En las calles, en la política y en los tribunales también con la lucha”.
Luego fue el turno del abogado Barraza quien profundizó en por qué se conectan la flexibilización laboral y la represión de la protesta social en términos económicos, jurídicos e ideológicos. En ese sentido, habló del discurso mediático que relaciona la reforma laboral con la flexibilización al cual calificó de “mentira” porque “el contrato de trabajo ya es flexible”.
“Lo que tratan de ocultar, en ese discurso, es que quieren desregular el derecho laboral y que el trabajador negocie con la empresa como iguales, sin sindicatos ya que para este gobierno son parásitos sociales, cuando en realidad hay una parte poderosa de un lado y otra que no tiene herramientas para defenderse”, detalló.
Compartiendo la historización planteada anteriormente por Capurro, Barraza reiteró que estas medidas “se quieren imponer en Latinoamérica desde 1966 con la dictadura en Brasil”. “En Argentina, todos fuimos testigos en el 91 que se implementaron todas las reformas laborales posibles y la estrategia comunicacional de Menem era que el derecho del trabajo rígido no permite que se produzcan nuevas relaciones de trabajo y se genere empleo. La consecuencia de diez años de reforma laboral terminó con un desempleo de 23%, cuando en el 91 era del 8,1%. Esto es una gran mentira y es vieja, hoy se vuelve a retomar con un discurso moderno, como dicen ellos ‘los datos, no las opiniones’”, advirtió.
En ese sentido, denunció que “lo que se quiere con estas reformas es manejar el mercado de trabajo y mantener a la clase obrera absolutamente sometida al poder del gobierno y de los empresarios. Quieren regular las herramientas con las que el movimiento obrero construyó siempre el poder popular”.
Para entrar en detalle de estas normativas que buscan destruir el poder popular de la clase obrera llegó el turno del abogado Biafore, quien explicó que su presentación es un “repaso somero del contenido funesto de lo que se trata, para mí, el peor intento de reforma normativa que ha tenido la historia argentina”. Es decir, el DNU 70/2023. En ese sentido, aclaró que si bien el capítulo laboral del mismo fue suspendido por un “mero amparo de inconstitucionalidad” la reforma también está incorporada a la Ley Ómnibus.
“El peor sistema para discutir el trabajo no registrado, que no existía antes de la última dictadura y que es el primer triunfo del neoliberalismo, fue crear multas y no recurrir a los propios trabajadores. Ahora, el DNU deroga las normas de multas y no genera ninguna nueva, es decir, indirectamente se promueve el trabajo no registrado”, denunció.
Barraza explicó también los cambios que introduce el DNU en dos principios muy relevantes para los trabajadores. Uno de ellos, es el principio de la norma más favorable, es decir, frente a la duda a favor del trabajador. El otro principio que reforma es el de irrenunciabilidad. Ambos también fueron modificados en los 90.
“El espíritu político económico del gobierno es volver a la Argentina de hace 100 años, aquella que no entendía la industria como propia y que entendía que los argentinos sólo tienen que exportar commodities”, agregó y explicó que “el DNU 70/23 tiene una clara intención anti sindical y de criminalizar poniendo las causales que tienen que ver con el ejercicio al derecho a la huelga como una causal selectiva”.
“Nos toca un momento tremendo porque somos trabajadores registrados, pero hay que asumir que eso no nos cae como beneficio sino como responsabilidad. Si esta normativa pasa va a estrellar a los trabajadores registrados que es el último bastión que los neoliberales tienen para derrotar”, concluyó Barraza.
Panel sobre la situación de la clase trabajadora en América Latina: dolarización, reformas laborales y sus duras consecuencias para el movimiento obrero
Luego de analizar el contexto nacional, comenzó el Panel Internacional: Situación de la clase trabajadora en América Latina del que participaron Angie Taopanta de la Asociación Laboralistas de Ecuador y Rubén Fiallos de la Asociación Laboralistas de Honduras.
Matías Cremonte fue el encargado de introducir esta temática y comenzó con un saludo de la Central de Trabajadores de Italia. En el mismo, se denunció la problemática que enfrentan en relación a la seguridad laboral en Italia y se solidarizaron con la “difícil situación” que el pueblo argentino sufre desde la llegada de Javier Milei. “Claramente esta nota demuestra la confraternidad que existe entre los trabajadores de todo el mundo”, festejó Cremonte y dio inicio al panel.
Taopanta comenzó su presentación compartiendo su experiencia de dolarización de Ecuador e hizo una breve historia de cómo se llegó a esta medida. Relató que desde 2000 Ecuador vivía una situación similar a la argentina: inflación y dolarización no registrada. En ese marco, comenzaron las restricciones en la sindicalización y las privatizaciones. La dolarización se concretó con la llegada del ex presidente Jamil Mahuad, mencionado por Javier Milei como el principal asesor para dolarizar en Argentina.
“Fue una medida de shock y urgente que sin duda se justificaba mientras había hiperinflación. Crearon un sistema de hiperinflación, cuando solo teníamos inflación, para realizar esta medida”, advirtió Taopanta. A la vez explicó que esto generó altísimos niveles de desempleo y una fuerte ola migratoria, así como reformas económicas y laborales para justificar la dolarización. Aparece, entonces, el trabajo por horas con una muy baja remuneración de 50 centavos de dólar. Recién en 2003 se logra estabilizar la inflación que, hasta la fecha, no supera los tres puntos anuales. “Pero no es todo lo que consiguió la dolarización”, aclaró Taopanta y explicó que “en 2008, llega Rafael Correa con un gobierno progresista y tenía que sostener la dolarización. Aplicaron medidas que desmantelaron al Estado y los sindicatos del sector público, pusieron techo a las remuneraciones de los trabajadores públicos y en la propia Constitución de Ecuador se prohibió la negociación salarial en el sector público y que el mismo solo podría tener una organización sindical”.
“Ecuador no es un país industrializado, somos una economía primaria agroexportadora y con poca organización sindical por la respuesta represiva”, explicó la oradora. En la actualidad, tras la llegada de gobierno neoliberales y con el actual presidente Daniel Novoa, “hijo del hombre más millonario de Ecuador”, se realizaron políticas regresivas en derechos laborales y colectivos, así como se aumentó la criminalización a los sectores que luchan contra el extractivismo. “El costo para sostener la dolarización es altísimo porque implica “un desmantelamiento en temas como salud, educación” así como un golpe al salario de las y los trabajadores.
“Si hay que rescatar algo de la dolarización deberíamos hablar del rol de las reformas laborales para sostenerla”, explicó y advirtió: “Cuando un país no tiene moneda propia tiene que traer dólares de afuera, eso nos ha llevado a que Ecuador esté lleno de empresas extranjeras, tenemos reformas laborales que buscan cargar el costo de la crisis a los salarios, de manera directa no incrementando sueldos y de forma indirecta aumentando el costo de vida”.
En ese sentido, Taopanta sentenció: “La dolarización en Ecuador se sostiene únicamente por los salarios a la baja, por un sindicalismo debilitado, por la poca capacidad de negociación colectiva y por las prebendas que se le da al sector empresarial”. “Ecuador y Argentina comparten las mismas élites agro-explotadoras que buscan sacar capital del Estado en lugar de invertir. En ese sentido, cuando hablamos de salario estamos en lucha por él por eso nos solidarizamos y compartimos su lucha. Estamos juntos en ella”, concluyó.
Rubén Fiallos de la Asociación Laboralistas de Honduras tomó la palabra luego para contar la historia obrera de Honduras que comenzó a principios del siglo 20 cuando el Estado “regala con leyes gran parte de su territorio productivo a empresas multinacionales estadounidenses”, explicó y aseguró: “Todavía se está luchando contra eso”. El argumento para esta venta de tierras productivas fue “el desarrollo y el empleo”, pero “lo que llegó fue la esclavitud”, advirtió.
“Esto empieza a modificarse en la Huelga del ´54 cuando el movimiento obrero paró la producción del país. Los movimientos obreros, que luego se convertirían en sindicatos, en los primeros meses de ese año se organizaron y llegaron a parar el 100% de la producción bananera, y que se consumía en Estados Unidos”, informó y continuó: “Se logró aprobar una ley laboral que tuvo como respuesta un golpe de estado”. El orador explicó que, como en otras partes del mundo, el “conservadurismo” intenta vender la historia de que le regala a la clase trabajadora sus derechos, sin embargo, Fiallos alertó: “Los derechos laborales fueron una batalla que se pagó con sangre, con miles de muertos en la primera parte del siglo 20”.
La historia de Honduras continúa con gobiernos dictatoriales que vetan a las organizaciones obreras hasta 1982 cuando regresan los gobiernos democráticos y se logran leyes laborales y sindicales. “Se puede decir que el movimiento sindical entra a su mejor etapa”, relató Fiallos, durante ocho años se forman grandes sindicatos en varios sectores y se vuelven muy fuertes. “Lastimosamente con la llegada de un gobierno conservador en los 90 se implementa el neoliberalismo, en la misma época que en Argentina con Menem. Estas medidas fundan las bases de la miseria de nuestro país para los siguientes 30 años”, denunció.
Sobre estas políticas liberales, el Fiallos destacó: la estigmatización de los movimientos obreros por parte del Estado y la posterior cooptación de los mismos. En 2006, aún con un gobierno conservador se duplica el salario mínimo de la clase obrera y la historia se repite: llega un golpe de estado. “Tras unas elecciones espurias, en 2009 llega al poder el Partido Nacional, que son conservadores como Vox en España y como Milei aquí, y empieza una decadencia total a tal grado que en 2010 se hace una convención internacional que se llama ´Honduras is open for business´ (Honduras está abierta a los negocios), que trae a las empresas más nocivas”. Se crea una ley a medida de las multinacionales que, según explicó Fiallos, “son parecidas a las que se intenta aplicar con el DNU 70/2023” de Javier Milei. Esta normativa implementa el trabajo por horas, igual que lo relatado anteriormente por Taopanta en Ecuador. “Las empresas empiezan a pasar a los trabajadores contratados a este nuevo modelo de contrato por horas y se precariza más lo que venía sucediendo en las últimas décadas”, informó.
El relato de Fiallos da cuenta del resultado de 12 años de aplicación de este tipo de políticas: “En nuestro país, diariamente salen caravanas de personas que caminan más de 5.000 kilómetros para ingresar a Estados Unidos”. “No todo ha sido fácil, estuvimos 12 años sometidos a una dictadura”, advirtió el orador. Antes de terminar su presentación, Fiallos trajo buenas noticias: “Gracias a la organización popular y al movimiento obrero en noviembre del 2021 se ganaron unas elecciones, en las que se superó el fraude, la gente salió a votar y se ganaron. Ha sido difícil para el nuevo gobierno progresista de nuestra presidenta Xiomara Castro, con la diferencia de que ahora sí hay una estructura que protege y blinda un poco las actuaciones del gobierno”.
“La primera medida ha sido derogar la ley de empleo por horas, que no ha funcionado para nadie. Sin embargo, todos los días en los medios de comunicación hay una campaña para que vuelva. Buscan precarizar el estado del compañero. Entonces, creemos que vamos por un buen camino, esperamos que en las próximas elecciones se continúe este trabajo ya que el movimiento sindical ha tenido más aire, se han recuperado sindicatos, creemos que vamos por buen camino”.
“Podemos dar buenas noticias de que estamos dando pasos hacia la protección del obrero. El problema en Honduras es que los obreros no tenemos conciencia de clase, mientras que el empresario está claro de su papel. Nosotros ganamos un poco más y ya no creemos que somos parte de ese colectivo que nos protege a todos. A medida que vayamos adquiriendo conciencia de clase vamos a ir mejorando como sociedad”, concluyó.
MATE: “Se perdió más con Milei en tres meses que en todo el gobierno de Mauricio Macri”
Tras el almuerzo, el 13° Plenario de Delegados y Delegadas continúo a cargo del equipo de asesores económicos de la Federación. Se trata del Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE) integrado por Marco Kofman, Natalia Pérez Barreda, Sergio Arelovich y Lavih Abraham.
El panel comenzó con una introducción de Marco Kofman sobre las primeras consecuencias de las políticas de Javier Milei. El economista explicó que la aparición de Javier Milei se da en medio de un consenso de que “algo hay que hacer” porque había un marco general de incertidumbre. Agregó que Milei llega como un ajeno a la política y con un discurso, que “la derecha argentina sostiene hace más de 15 años”, de que la culpa de todo la tienen los políticos. Durante su campaña, Milei supo transformar ese consenso en uno nuevo: hay que ajustar. “Él prometió ajustar a la casta y cómo lo hizo: destrozando los gastos del Estado como nunca antes se vio”, indicó Kofman y reveló: “Hay una trampa, porque no se diferencia qué es el Estado, qué son los políticos y, entonces, aparecen recortes a jubilados, a trabajadores estatales, a programas sociales que sostienen situaciones de vulnerabilidad, y que además tenía un sentido: castigarlos para que el Estado pague a sus acreedores”.
Kofman explicó que la economía no es más que “un conjunto de precios relativos y el más importante es el salario”, en ese sentido, explicó que “estabilizar la economía es encontrar un nivel de todos esos precios que sea tolerable por los sectores sociales y económicos (trabajadores, empresarios, financieros, acreedores internacionales)”. “Esa inestabilidad de los ingresos de estos sectores, además, se veía potenciada por una situación de vulnerabilidad de la economía, es decir, la falta de dólares y endeudamiento. En un contexto de una economía frágil, se potencian estos problemas y la inestabilidad se hace más fuerte”, detalló. “La pregunta que nos hacemos es: puede o no puede tener éxito el plan de Milei, qué tiene que pasar para que sea exitosa la estabilización”, cuestionó.
Tras esta introducción, desde MATE presentaron una actividad donde las y los delegados debían responder una serie de preguntas desde sus celulares. Los resultados se vieron en la pantalla y fueron analizados por el equipo de MATE y las y los delegados presentes en el recinto. La mayor parte de las preguntas fueron sobre el destino del gobierno de Javier Milei, cuáles serían los obstáculos para sus políticas y, por último, qué harías con 300 mil pesos más en tu sueldo todos los meses.
Esta última pregunta fue clave para analizar la pérdida del poder adquisitivo de las y los trabajadores registrados. Los economistas de MATE explicaron que pusieron esta cifra porque es “el cálculo de lo que perdieron todos y cada uno de los trabajadores en promedio desde que asumió el gobierno Milei, ya que aumentaron mucho los precios y los salarios mucho menos”. “Hoy por hoy para recuperar el poder de compra de los trabajadores registrados del sector privado, cada uno de ellos debería recibir en su sueldo 300 mil pesos más”, advirtieron y explicaron que “estamos hablando de ocho años de pérdida de poder adquisitivo, por lo que son 13 millones de pesos que cada uno de los trabajadores de este país no percibieron”.
Ante estas cifras, cuestionaron una vez más: ¿qué harías con este dinero? La respuesta fue contundente: “Mejorar la vida cotidiana”. Ante esto, las y los economistas insistieron: “Esto causa enojo y nos lleva al diagnóstico del cual hablábamos al principio: había que hacer algo, queríamos una vida más ordenada”. Por último, resaltaron la velocidad en la caída del salario de los últimos meses desde la llegada de Milei. “Estamos trabajando un día gratis”, indicaron y resaltaron: “Se perdió más con Milei en tres meses que en todo el gobierno de Mauricio Macri”.
En ese sentido, desde MATE denunciaron que “el salario en el sector privado ya es un salario de pobreza. Por primera vez, el salario promedio de los trabajadores registrados no alcanza a cubrir la canasta de pobreza. 7 de cada 10 trabajadores tiene un salario de pobreza. Cuando se diferencia entre varones y mujeres: dos tercios de los varones (66%) cobra salario de pobreza, mientras que 3 de cada 4 mujeres (75%) tiene salarios por debajo de la canasta de pobreza. Es un hecho inédito en el país y tiene que ver con la vertiginosidad del proceso de Javier Milei”. Además, aclararon que se trata del sector más privilegiado de la clase trabajadora porque cuenta con un empleo registrado, mientras que hay trabajadores no registrados, informales, así como jubilados y pensionados en peores condiciones.
Para explicar esta pérdida del poder adquisitivo de las y los trabajadores, Kofman indicó que la fuerte caída comenzó en julio de 2023 producto del impacto de la sequía y la falta de dólares que fragilizó el sistema económico y potenció la inestabilidad por lo que generó una “descomposición de la economía”. “Cuando llegaron las elecciones el salario estaba cayendo fuerte y con la llegada de Milei se derrumbó. Un gobierno, a veces, no tiene una botonera para manejar las variables económicas como le gustaría. Entonces, el control de la economía se empieza a perder desde las PASO, con el vínculo con el FMI y esa debacle final con Javier Mieli”.
Tras hacer este análisis general de la situación de la clase trabajadora, Barreda se refirió en particular al sector agroexportador. “Si, por un lado, este modelo perjudicó a la mayoría de las y los trabajadores, por otro lado, sus políticas económicas beneficiaron a algunos sectores claves. Uno de ellos es donde la Federación está inserta que es el agroexportador y la pregunta es: el sector va a liquidar o no la cosecha”, explicó.
Resaltando que venimos de una caída producto de una sequía inédita del año pasado, la producción de soja y sus proyecciones indican que se va a duplicar la cosecha en 2024.”Se proyectan para este año 50 millones de toneladas de soja, que es el doble que el año pasado”, detalló. La economista aseguró que se trata de un “escenario positivo en términos de producción”. Sobre el girasol indicó que la proyección para este año es de 4.4 millones de toneladas, según el Ministerio de Agricultura. “En términos de producción va a ser un buen año para el sector”, indicó y detalló que “el nivel de molienda de enero y febrero de 2024 se ha recuperado y no entró aún la cosecha gruesa. Ya estamos en 4.5 millones de toneladas, por lo que el sector está trabajando a un buen ritmo”.
Sin embargo, Barreda informó que “hay un problema que son los precios que están a la baja”. “Venimos de dos años muy buenos en términos de precios internacionales por la pandemia y la guerra en Ucrania, esto duró hasta mediados del año pasado. Entonces, en 2023, tuvimos la sequía y la caída de precios internacionales. Pero no nos estamos cayendo al tacho, estamos a niveles de los años previos a la pandemia”, aseguró. Si bien indicó que en la actualidad se está a un nivel de liquidación superior a 2023, este no es el mejor escenario, pero sí nos permite ver lo que puede llegar a pasar con la cosecha gruesa que “es la gran expectativa de este sector para el ingreso de dólares”.
Barreda cuestionó cómo les fue a las empresas agroexportadoras desde la llegada de Milei y explicó: “El gobierno comenzó con una gran devaluación de la moneda y aplicó una política de dólar blend, entonces, estimamos la ganancia que significó para el sector y nos da el total 1.7 billones de pesos. Esto es lo que el sector ganó desde diciembre a marzo 2024 con las políticas de Milei. El gobierno está beneficiando al sector exportador”. Ahora, la pregunta es: el sector va a liquidar o no la cosecha. Para intentar responder, Barreda contextualizó: “Desde diciembre el dólar exportador está cayendo porque ante la inflación el dólar vale menos. Además, el tipo de cambio exportador tiene una parte oficial y un 20 % contado con liqui, y el problema es que este último también cayó. Entonces, el sector pierde competitividad, como le gusta decir a ellos, es decir, su tipo de cambio no es tan diferencial (900 pesos por dólar liquidado y 870 el dólar oficial). No sólo eso, sino que el sector ve que estos 900 pesos son menos de lo que le daba Massa el año pasado”. En este escenario, Barreda explicó que el sector agroexportador “está presionando para que se dé una nueva devaluación o una baja de derechos de exportaciones; ellos están ganando, pero quieren ganar más”. Otro factor a tener en cuenta para saber qué harán es la necesidad del Gobierno nacional de que se liquide la cosecha para el ingreso de dólares. Sin embargo “el sector ve que le sale más caro importar que exportar en pesos, por el impuesto PAÍS”.
“Dejamos abierto el análisis, muchos analistas aseguran que se va a liquidar una parte de la cosecha y que van a esperar para mayores beneficios. Lo que están pujando es por una unificación del tipo de cambio, que sería que no haya dólar diferencial y lo que implica eso es una nueva devaluación”. Desde MATE aseguraron: “Son tan fuertes sus ganancias que pueden no vender toda su producción”. Por último, aclararon ante las preguntas de los presentes: “Ante esta presión para la devaluación, el gobierno tiene varios caminos: uno es la reducción de derechos de exportación que volvería a niveles de rentabilidad, pero es una sábana corta porque traería otro problema adicional que es la financiación del Estado nacional. Uno no podría descartar que el ajuste ya practicado sobre el gasto estatal se multiplique para compensar la caída de la recaudación, que no creo que llegue a compensarlo por el ajuste ya realizado. No hay que descartar escenarios”.
Reformas del nuevo gobierno y su impacto en las políticas de género: “Queremos Secretarías de Géneros, pero más queremos que haya secretarias generales en los gremios”
El plenario continúo con el panel Reformas del nuevo gobierno y su impacto en las políticas de género del que participaron: Marco Pozzi, Secretario de Salud Laboral de la FTCIODyARA, María Paula Lozano, asesora legal de la FTCIODyARA, Luciana Censi, asesora legal del SOEAR, y Paula Varela, investigadora del CEIL CONICET.
Pozzi introdujo el panel contando el trabajo que se viene haciendo desde la Federación para la incorporación del debate sobre las políticas de géneros y destacó el trabajo de la Sub Secretaría de Género, quienes “la vienen remando porque no hay tantas mujeres en la Federación”. Hizo referencia también a que la decisión de tener este panel fue para que “las compañeras nos compartan su mirada sobre la coyuntura y el avance discursivo y real en las cuestiones de géneros”.
Luego dio la palabra a la abogada laboralista y asesora legal del SOEAR, Luciana Censi, quien habló del impacto de las políticas económicas actuales en las trabajadoras y sus organizaciones centrándose en la dificultad de “asociar la problemática de género con lo sindical”. “En el sindicalismo, por lo general, no se suele negociar mejoras de derechos que tengan que ver con los trabajos de cuidados o de reproducción social que hacemos las mujeres y las disidencias en los hogares, como tampoco abordajes para combatir la división sexual del trabajo en las fábricas o en el ejercicio del poder sindical”, explicó Censi y agregó que, en viceversa, “en varios feminismos no se asumen posiciones clasistas en la demanda de derechos”. “Poder asociar las reivindicaciones de ambos movimientos me parece clave, sobre todo ahora que el Gobierno nacional y los provinciales tienen políticas económicas que afectan frontalmente a la clase trabajadora donde estamos inmersas las mujeres y disidencias”, planteó como estrategia al tiempo que reafirmó: “Somos trabajadoras explotadas por la relación laboral pero también oprimidas por la condición de género”.
Censi explicó que su hipótesis para analizar esta cuestión tiene que ver con que “la contradicción principal está planteada entre el capital y el trabajo” y sostuvo que las luchas no pueden darse de forma separada entre trabajadores registrados por un lado, informales por otro, etc. Por el contrario, Censi planteó como estrategia que las luchas están “unificadas” y que “la unificación principal la da el salario, que es el único medio de vida que le permite a la población acceder a las necesidades para vivir”.
Tras hacer un repaso por la situación actual de la clase trabajadora, Censi arrojó un dato clave: en el país hay 22,6 millones de personas que conforman a la población económicamente activa, es decir, el 48,7% del total de argentinos y argentinas. De esos 22,6 millones de personas, sólo 784 mil personas son patrones. “El 3 % de la población es patrón, el resto no tienen medios de producción; ese 3 % se lleva más del 55% del PBI del país o más a esta altura”, denunció y explicó que “hay una fragmentación clara entre la clase trabajadora, pero el elemento común es el salario”.
Censi resaltó, luego, la fragmentación que se da por la división sexual del trabajo: sólo el 55,5% de la población económicamente activa son mujeres, mientras que los varones son 72%. En términos de desocupación, las mujeres son 6,9 % y los varones 5,7 %. “Quiere decir que la inserción de las mujeres en el mercado de trabajo es significativamente menor que la de los varones, una de las razones principales es la falta de acceso al empleo por las tareas de cuidados en nuestros hogares y la otra es que somos las primeras expulsadas cuando hay crisis”, argumentó. Las cifras en cuanto al trabajo informal continúan en la misma línea: el 59,5% de las mujeres estamos registradas y los varones, 64.2%. Censi resaltó también que en cuanto a la brecha salarial hay 27 puntos de diferencia, entre lo que cobra un hombre y una mujer. “Esta brecha salarial se agrava cualitativamente porque las mujeres en promedio, según el último censo, alcanzamos mayores niveles educativos que los varones, es decir, estamos más formadas, pero recibimos menos paga; y, por otro lado, esa formación no nos garantiza una mayor participación en el mercado de trabajo”, explicó Censi y advirtió: “Esta problemática se asocia a las tareas de cuidado fundamentalmente y se refleja en las jubilaciones porque accedemos mucho menos”.
Censi agregó como dato también que las mujeres se insertan en los sectores menos productivos. “Los sectores más feminizados se relacionan con las tareas de cuidado de personas: empleo de casas particulares, educación, salud, servicios sociales y asistenciales, que son los que tienen menor dinamismo y son los peores remunerados”, detalló. En ese sentido, argumentó: “La división de la clase obrera no es casual, es una estrategia del capital y su patriarcado para debilitar a las fuerzas del trabajo y propiciar fuerzas de ultraderecha que promueven el individualismo que es lo que sucede hoy”. Esta fragmentación, según Censi, tiene “una realidad material sobre la que opera: un estancamiento económico desde hace más de una década que genera desesperación y deteriora las relaciones humanas, una inflación descontrolada de larga duraciones, varios sindicatos subordinados al sistema político electoral burgués que responden directamente a partidos políticos y esperan las elecciones para mejorar su situación personal, un Estado que se presenta cada vez menos como garante de derechos sociales y un empoderamiento de los movimientos feministas que conquistaron derechos y luego fueron cooptados por el Estado patriarcal”.
“Sobre esta coyuntura signada por la fragmentación operan este tipo de gobierno. Estos discursos se vuelven populares porque tiene una materialidad concreta, no es solo un discurso en medios de comunicación y redes sociales, operan sobre una materialidad concreta política y económica. Esta situación se agrava con medidas económicas concretas que se dieron en los últimos meses, la devaluación en diciembre, una inflación desatada y salarios cayendo exponencialmente”, detalló. Para Censi, “el objetivo de este gobierno es reducir al mínimo de su existencia el valor de las fuerzas de trabajo y lo hace con tres medidas económicas más las políticas y legislativas: reforma del Estado, desregulación de la economía y represión al derecho de huelga”.
En ese escenario y en relación con las cuestiones de género, Censi retomó el concepto del Salario Mínimo, Vital y Móvil como “elemento unificador de las luchas de la clase trabajadora” ya que “reconoce que son necesidades típicas de la reproducción de la fuerza de trabajo, cuyas tareas para satisfacerlas caen en manos de las mujeres y disidencias”. “Por otro lado, otro concepto que me parece clave es el salario ya que reconoce en sí mismo dos componentes: uno fisiológico y otro histórico social y cultural que tiene que ver con esparcimiento, la salud, con la educación, con el transporte y la previsión. Lo que se puede ver acá es que lo que el Gobierno nacional y las patronales buscan reducir al mínimo fisiológico al salario”, advirtió.
“La pregunta clave es: ¿qué es si no es esto lo que nos quita el sueño pensando si hoy o mañana podremos tener un salario para satisfacer nuestras necesidades familiares y quienes son lo que impiden ese derecho y por qué motivos?”, cuestionó. “Entendiendo el salario en estos términos y desde una perspectiva feministas, me pregunto, para las organizaciones sindicales y feministas, ¿los salarios pagados por el capital alcanzan para las necesidades del SMNM?”, preguntó.
Censi trazó líneas para una estrategia en conjunto: “Defender políticamente el costo de las funciones reproductivas de la fuerza de trabajo requiere que esas tareas que realizamos en nuestros hogares sean pagadas íntegramente por el capital y no subsidiadas gratuitamente por las mujeres es la clase trabajadora”. Además, apuntó a la fragmentación antes mencionada y reiteró que el elemento unificador es el salario y que “debemos oponerle la unidad por debajo de todos los componentes de la clase obrera como una respuesta al divisionismo que opera en los programas políticos, económicos y discursos del Gobierno nacional”.
“Los feminismos clasistas podemos debatir cómo posicionarnos ante el ajuste y ataque frontal a la clase trabajadora, en tanto somos parte de ella. Las respuestas feministas deben ser dentro de la clase trabajadora y en las mismas prácticas y de manera interconectada”, aseguró en referencia las estrategias feministas ya que reiteró: “El ataque al movimiento obrero y a sus métodos de lucha es un ataque a las mujeres y disidencias. No podemos resistir fragmentadamente como nos propone la praxis política de los capitalistas”.
“Me preguntaría también: en el ajuste, dónde está el patriarcado, y viceversa en el ataque a mujeres y disidencias dónde están los intereses de clase. Me parece pensarlo es útil para pensar alianzas”, planteó y concluyó: “La unificación por abajo se trata de unidades duraderas y fuertes, porque un movimiento obrero machista no puede obtener el apoyo de un movimiento feminista, y los feminismos que no vean la importancia que posee para sus propias luchas el hecho de defender el salario y la huelga no puede formar más que una alianza temporal con la clase trabajadora organizada que será inofensiva para la actual coyuntura”.
Luego fue el turno de Paula Varela que comenzó compartiendo una definición del autor brasileño Ricardo Antunes que indica que la clase obrera “es la clase que vive del trabajo”. “Creo que tenemos que empezar a pensar en la clase trabajadora así y aceptar que es heterogénea. Quiero hablar de esa clase y quiero hablar de un sector grande como somos las mujeres”, indicó. En ese sentido, planteó dos problemas concretos que enfrenta la clase trabajadora con la llegada de Milei: “Nos quiere hacer percha económicamente, pero además nos quiere aniquilar como clase, como colectivo, porque quiere aniquilar el orgullo de ser clase trabajadora”. “Esa entrada del emprendedurismo que cala en un montón de pibes, que no quieren ser laburantes, quieren ‘ser emprendedor’, ‘dueño de su propio destino’, es una batalla política fundamental y que debería ser parte de la agenda de las organizaciones de trabajadores. Quiero discutir acá que significa ser parte de la clase trabajadora y cómo esta clase puede hacer para establecer las condiciones en las que queremos vivir”, detalló.
Para discutir cómo vivir, Varela empieza por el salario. “Ustedes saben muy bien cómo establecer las condiciones para vivir a través del salario. Lo saben porque han conquistado una paritaria espectacular y tiene, a mi juicio, una gran forma de expresar lo que significa esa victoria. Expresan algo que es obvio, pero no tanto: el salario no es un objetivo en sí mismo, no laburamos por el salario, laburamos para vivir, para reproducir nuestra vida. Por eso queremos que el salario sea lo más cuantioso posible, porque queremos vivir bien. Si no tuviéramos que trabajar para vivir, no lo haríamos. El salario es un medio, no un fin”, relató.
“El salario es en sí mismo objeto de disputa que hoy se pone en duda. Cuando atacan a este nivel nuestra condición de vida, lejos de arrinconarnos y aguantar, creo que hay que dar pelea. Estas coyunturas nos dan una posibilidad de discutir a fondo cómo queremos vivir, cómo queremos reproducir nuestra vida. Y ahí las mujeres de la clase trabajadora tenemos mucho para decir, porque el salario implica el conjunto de bienes para vivir”, agregó.
Varela comenzó así a hablar del trabajo de reproducción social necesario para que la o el trabajador pueda hacer su trabajo. “Alguien tiene que hacer la milanesa para poner en la mesa, el lavado de la ropa, alguien compra el shampoo y el jabón, alguien limpia el inodoro, alguien hace todo lo que llaman el trabajo de reproducción social”, ejemplificó y advirtió: “Ustedes saben que alguien hace ese trabajo que es necesario para el capital. Hablamos de un trabajo gratis, ese es el trabajo que el feminismo dice es el trabajo no remunerado. Ahora, y esta es una trampa alucinante del capitalismo, este trabajo es un problema que se resuelve sí o sí en el hogar, es privado y no se paga”.
“El salario es colectivo, el trabajo de reproducción en la casa es privado; esta es una trampa mortal del capitalismo que compramos y que las feministas remando en dulce de leche denuncian que es tan colectivo como el salario”, indicó Varela al tiempo que reflexionó: “Esto abre un problemón para las organizaciones obreras, entonces, ahora además de salario tengo que discutir cómo cobro el trabajo de reproducción que hacen mi madre, mi hija, mi esposa de manera gratuita”. Varela invitó a pensar un posible escenario donde en la paritaria se suma una remuneración para que alguien planche, cocine y limpie, “¿a qué valor se va el salario?”, preguntó. “Creo que hay que poner eso sobre la mesa de discusión, porque ninguno de ustedes, ni yo, se reproduce solamente con lo que logra comprar con el salario, sino que también con el trabajo gratis que llevan adelante las mujeres. Siempre hay alguien que dice yo ayudo, no lo hagan, laburen. ¿Pero si me dicen laburo 10 horas en la fábrica y también en la casa? Buen punto. Por eso esta discusión implica preguntarnos cómo queremos vivir, no alcanza sólo discutir el salario, sino discutir por ejemplo cuáles son los servicios públicos para reproducir las fuerza de trabajo que aporta el Estado”, argumentó.
Varela planteó así que empieza a entrar en la mesa paritaria la discusión del Estado, lo que genera un punto en común con compañeros que no son aceiteros. “Necesitamos en los barrios de trabajadores provisión de servicios públicos para atender las necesidades que tienen que ver con la reproducción social de nuestra clase”, confirmó y abrió varios interrogantes: “¿Cómo queremos cubrir todo ese trabajo? ¿Queremos un salario suficiente para contratar a una trabajadora doméstica? ¿Queremos ese modelo clasemediero y burgués? Y si no queremos reproducir ese modelo, ¿Queremos que sean las mujeres de nuestra clase las que lo hagan de manera gratuita? Empezamos a discutir la forma en la que queremos vivir más allá del trabajo asalariado. Queremos discutir cómo se llevan a cabo esas tareas. Por qué, por ejemplo, no podemos pensar en cocinas comunitarias, restaurantes obreros, que cocinar deje de estar por fuera de ese ambiente individual. Porque no podemos discutir formas comunitarias, sociales y democráticas para resolver las tareas que no podemos evitar hacer. Si la clase trabajadora discute esto empieza a discutir el esquema de vida de la sociedad capitalista y ahí los Benegas Lynch se agarran la cabeza”.
Varela hizo hincapié en la necesidad de poner en el centro de la discusión paritaria el concepto de reproducción social y la importancia de sumar mujeres a la militancia sindical que son quienes más conciencia tienen de estas tareas hoy invisibilizadas.
“Creo que es imposible pensar la militancia de mujeres en sindicatos sin tener en cuenta que efectivamente tienen dos jornadas de trabajo, mientras ustedes están disponibles para esta actividad, para una mujer eso implica una arquitectura descomunal”, argumentó y continuó: “Entonces, hay que generar condiciones concretas si un sindicato masculinizado quiere impulsar una política de involucramiento de las compañeras; y no sólo en las secretarías de géneros, porque las festejo y abrazo, pero las secretarías son importantes siempre que no obturen la posibilidad de que haya una secretaria general del sindicato de aceiteros mujer y no se conviertan el lugar de las ´minitas´ donde se hablan cosas de ´minitas´”. “Queremos secretarías de géneros, pero queremos más que haya secretarias generales, adjuntas y gremiales”, indicó.
En ese sentido, concluyó: “Es importante colocar en el debate esta perspectiva, mirar nuestra militancia sindical desde el punto de vista de la reproducción de nuestra clase con todo lo que eso implica, lo que tiene que ver con el salario y con el trabajo de reproducción social no remunerado, meterlo en el debate de qué exigimos como clase, por qué no podemos exigir el derecho a establecer las condiciones de nuestra propia reproducción y para pensar también la posibilidad de más y mejor militancia de las mujeres en la organización sindical”.
Por último, fue el turno de la abogada laboralista y asesora legal de la FTCIODyARA, María Paula Lozano, quien retomó la idea por la cual se tituló el panel: reformas del nuevo gobierno y el impacto en materia de género. Lozano recordó que el tema de género no es una cuestión de las mujeres, es una relación de poder: “Cualquiera de nosotros, estamos inmersos en un sistema de géneros y es funcional al sistema que hoy nos oprime y contra el que luchamos. No hay capitalismo sin un sistema de género. No solamente con lo que es propiamente la división sexual del trabajo, que es la base de estos trabajos de cuidado para las mujeres, sino porque es un sistema de poder”. Y agregó: “En la relación capital-trabajo también hay un mandato que se impone y es esto que llamamos el mandato de masculinidad, que significa que no hay cualquier manera de ser varón, sino que hay un formato que oprime a los demás géneros y que considera que ciertos atributos le corresponden y otros, no. Esto es funcional al sistema y hoy lo vemos proliferar desde los máximos espacios gubernamentales”.
Tras hacer un repaso por las últimas medidas del Gobierno nacional, Lozano se detuvo en la criminalización de la protesta y aseguró que esta represión no es cualquiera sino una que se pasa por televisión. Lozano leyó una definición de Rita Segato: “La repetición de la violencia produce un efecto de normalización de un paisaje de la crueldad y con esto promueve en la gente los bajos umbrales de empatía indispensable para la empresa depredadora”. “La empatía que tenemos que tener nosotros, sensibilizarnos antes esos despidos, porque la ruptura de la empatía es la base de esto que planteaba Paula como el objetivo de eliminar a la clase trabajadora como clase”, explicó y aseguró que se trata de un método relacionado al “modelo depredador y extractivista”. “Entonces, hay una construcción simbólica necesaria para avanzar con las reformas. Estos discursos de odio generan condiciones de posibilidad. En estas medidas que vemos hay una revancha contra los avances que se lograron con muchas contradicciones y que lo vimos adentro y afuera de nuestras organizaciones. Son modos de generar condiciones para retrocesos”, denunció.
Lozano calificó las nuevas medidas del gobierno como herramientas para reafirmar “este mandato de cómo ser hombre y reafirma el sistema que tenemos hoy, que distribuye los cuidados, como explicaban antes, como si fuera una cuestión natural de las mujeres”.
La asesora legal llegó al final de su exposición y planteó ciertos interrogantes para seguir debatiendo: “Lo que me interesa pensar es cómo todos estos retrocesos de género nos afectan en las luchas gremiales? ¿O nos parece que podemos tenerlo en un costado? ¿Cuál es la relación de esta dimensión de género con la disputa capital-trabajo? ¿Estas medidas que vemos cambian en algo nuestra agenda sindical, al interior de la fábrica repercute en algo? ¿Nos interesa que entren más compañeras y accedan a ser delgadas? ¿Cómo queremos aportar en definitiva para lograr un mejor vivir de manera íntegra?”.
Panel Batalla cultural: “Aceiteros es un gremio que incomoda, no hay nada mejor que eso, hay que profundizar esa línea”
La segunda jornada del 13° Plenario de Delegadas y Delegados de Base Aceiteros y Desmotadores comenzó con el panel sobre Batalla Cultural del que participaron Diego Márquez, Secretario de Prensa y Formación de la FTCIODyARA junto a los periodistas Mario Santucho, de Revista Crisis, y Mariano Martín de El Destape.
El compañero Diego Márquez dio inicio al panel y explicó que “la idea es llevarnos herramientas para pensar y aplicar en las fábricas para lograr concientizar a los compañeros, porque hay que seguir manteniéndonos en el nivel de hoy, que son los mejores salarios del país”. Para ello presentó al primer orador, el periodista y escritor Mariano Martín, quien comenzó su presentación con una pregunta: “¿Por qué es importante que el sindicalismo le quiera decir algo a la sociedad?”.
Así, explicó que, desde su mirada de trabajador de prensa, el sindicalismo “se ha limitado históricamente a contarnos dos ejes: cómo administra la conflictividad salarial y los conflictos de índole colectivo”. En ese sentido, aseguró que en ese diálogo “el sindicalismo empieza a quedarse corto, porque probablemente haya un factor que esté muy incorporado en capas importantes de la sociedad argentina que es refractario a la organización de los trabajadores, esta premisa de la batalla cultural los gremios la vienen perdiendo de hace tiempo” ya que, consideró, “falta la dimensión política de la importancia del sindicalismo”.
El periodista destacó el trabajo de la Federación en ese sentido y reiteró: “A mi juicio debería ser la vocación transformadora del sindicalismo en la sociedad. Trabajadores, delegados de base, secretarios generales que tienen incorporado la necesidad de modelar una sociedad distinta, pero es poco lo que se dialoga sobre esto entre el sindicalismo y la sociedad usando los medios de comunicación”. Martín indicó que podría ser “un buen momento” para “abrazarse a las concepciones que nos unen en espacios como este”. En ese sentido, reconoció que hay un trabajo que falta hacer desde la comunicación para ahondar sobre las temáticas sindicales. Mientras que llamó al sindicalismo a comunicar su “vocación reivindicatoria de la dignidad del trabajador”. “Por eso, creo que la Federación está a la vanguardia y tiene la responsabilidad de los pioneros: tiene la obligación de redoblar los esfuerzos para arrastrar al resto y proponer cambios, para decir que hay una posibilidad de no conformarse, decir que el ascenso social está en nuestras manos”, aseguró.
Luego fue el turno de su colega, Mario Santucho, quien se centró en los argumentos que utilizó La Libertad Avanza y Javier Milei para llegar al poder y sobre todo para convencer a “las y los trabajadores que votaron a alguien que lleva adelante políticas que nada tienen ver con la dignidad del pueblo”. “Hay que reconocer que los libertarios algo hicieron bien, algunos argumentos convincentes pusieron en juego para que la mayoría, sobre todo los sujetos populares y los jóvenes, votaran a Milei. Entender qué tipo de argumentos convincentes encontraron para plantear esta batalla cultural es importante”, advirtió.
El primer elemento que menciona dentro del relato libertario para dar esta batalla cultural es la idea de que “esto no funciona bien”, lo que “tiene un elemento de verdad”. El segundo es que no sólo no está bien, sino que es “injusto”, lo que nos lleva al tercer elemento: “Si esto está mal y es injusto es porque alguien te está cagando, esto también lo dijo Milei”. “El problema es que el resumen de lo que te dice Milei es el que te está cagando el Estado, la casta, entran ahí los sindicatos. Y hay un punto más que construyen que es la idea de que te están cagando porque defienden sus privilegios que han conquistado a través de la instrumentalización del Estado y el sector público”, detalló Santucho y agregó: “Con esos argumentos construyeron una narrativa eficaz y con sentido. Entonces, surge la pregunta, qué hicimos mal. Lo principal es entender hasta qué punto quedamos como defensores del status quo, ante la llegada de una fuerza que se lleva todo por delante, nosotros terminamos defendiendo lo dado, y cuando uno no tiene muchos argumentos para defender lo que hay, eso tiende a reforzar las ideas del otro”. Santucho explicó el camino en el que se forma el enunciado final de esta batalla cultural por parte de la derecha: “Si esto es injusto, si no va bien pero igual lo defendemos, es porque algunos privilegios están tratando de defender”.
En ese escenario, Santucho propuso: “Tenemos que salir de ese lugar conservador de defender lo que está dado porque lo que estaba dado no está bueno. La pregunta es cómo se desarma esto y creo que hay tres argumentos válidos para encontrar lugares donde hacer pie y salir a dar la batalla cultural”. El primero es “la unidad y cooperación de los trabajadores”, enunció Santucho y detalló: “La clase trabajadora tiene cada vez menos conciencia de sí misma como una fuerza común, porque está fragmentada, por eso es importante recuperar la unidad y la cooperación. No es fácil porque hay un sector de trabajo con sueldos muy altos y otro con sueldos muy bajos, es difícil poner en común esos intereses”.
El segundo elemento, para Santucho, es: “Tratar de discutir que el problema no es el Estado, o que no es sólo o principalmente el Estado. En la discusión de fondo, el problema no es la casta y el Estado, hay un problema peor son los empresarios, los grupos económicos, los que se quedan con la mayoría de la plata de la sociedad. En última instancia, por ejemplo, podríamos plantear una estatización de comercio exterior de granos, es una pregunta que si se quiere llevar a fondo la discusión tiene que llegar ahí”. Para mencionar al tercer elemento, Santucho recordó el 2001: “El último elemento para mí es muy importante, está tan cerca y tan distante a la vez, creo que hay que recuperar algo que en 2001 se hizo y se ganó y fue una batalla cultural masiva y callejera, que se dio en la calle, que es que tirar abajo un gobierno como este que viene a quitarnos los derechos conquistados no es un acto golpista. Por el contrario, es un acto profundamente democrático porque es la expresión de una democracia que es sustancial y que es la mayoría popular poniendo un enunciado democrático en juego: no más ajuste, no más represión”.
“Esto son saberes que tenemos que recuperar, que no es fácil porque hoy hay un aparato simbólico mediático diciendo que cualquiera que se manifiesta es un golpista, el que corta calle es delincuente; pero si no recuperamos estos argumentos va a ser difícil encontrar soluciones en un momento tan crítico como este”, concluyó.
Luego de las presentaciones se abrió una ronda de preguntas donde los delegados profundizaron conceptos sobre la batalla cultural. Uno de ellos planteó: “Nosotros estamos siempre respondiendo a la agenda de la derecha, estás todo el día con los compañeros desmintiendo noticias. No tenemos una agenda obrera, esa es mi consulta: es por los medios concentrados o porque no la construimos nosotros. Salimos a defender una reforma laboral que no sirve a los trabajadores y dónde está nuestra reforma laboral. No está la reforma laboral de los trabajadores. No hay un canal de televisión de los trabajadores. La identidad obrera está solamente en la fábrica, salimos de ahí y no hay identidad, no hay donde ir a buscarla”.
Ante esta consulta, Martín respondió: “En cuanto al cuestionamiento de qué tiene el sindicalismo de base y el movimiento obrero para decir e incorporar en la agenda, y parto de la base de lo que representa Aceiteros, creo que este gremio es incómodo, es uno que jode y no hay nada mejor que eso. Hay que profundizar esa línea. Me entusiasma la idea de un sindicato que refuerza su perfil de incomodidad. Delegadas y delegados que plantean una agenda diferente me parece más desafiante, desde la comunicación. Creo que hay ese campo enorme que es la cuestión propositiva. Ellos tienen una agenda que está clarísima y es decir que todo está mal. Cada uno puede mirar hacia adentro, pero como respuesta genérica, responder con una agenda distinta, mostrar la prepotencia de las iniciativas, avasallar con ideas nuevas, con una construcción colectiva virtuosa. Porque, al fin y al cabo, ustedes pueden mostrar lo que está bien y lo que funciona. Eso es una forma de confrontar esa agenda, confrontar con ideas propositivas, con concreciones, sobre todo. Como como militante del gremio de prensa me pasa que decimos que necesitamos buenas noticias, un alivio que nos recupere la autoestima. Milei se explica por la caída general de la autoestima de la población y el sindicalismo tiene mucho para ofrecer ahí, para mejorar la autoestima, para hacernos creer que podemos estar mejor porque lo conseguimos. Hay un método que es a caballo de nuestras conquistas más cotidianas, que eso nos lleve al próximo paso, no estemos cómodos nunca, siempre busquemos un paso más allá”.
Informe sobre la situación paritaria desmotadora y aceitera: “Con unidad y decisión de lucha en la paritaria se puede jugar el rol político de frenar el ajuste”
Tras discutir sobre la batalla cultural, las y los delegados dieron inicio a un panel para informar la situación paritaria de desmotadores y aceiteros. Estuvieron presentes para ello Marco Pozzi, Secretario General del SOEAR y Secretario de Salud Laboral de la FTCIODyARA, Víctor González, Secretario General del Sindicato de Trabajadores Aceiteros y Desmotadores de Algodón del Chaco (STADYCA), Leandro Monzón, Secretario General del SOEAD Reconquista, y los asesores legales de la FTCIODyARA Carlos Zamboni y Miguel Fiad.
Para iniciar el debate estuvo también en la mesa el Secretario General Daniel Yofra, quien repasó la historia de la conquista del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM). “Comenzó en 2004, en la primera paritaria con la empresa que habíamos tenido y que fue en Dreyfus, la fábrica de donde provengo. No sabíamos qué teníamos que negociar, cuál era el salario que le correspondía a los trabajadores para vivir dignamente, ni sabíamos qué era el SMVM, lo relacionábamos con el que discutía la CGT, la UIA y los gobiernos de turno, y que en ese momento no era tan miserable como el actual”, relató.
El compañero Yofra repasó las nueve necesidades que cubre el SMVM: alimentación adecuada, vivienda digna, educación, salud, esparcimiento, transporte, vestimenta, previsión y vacaciones. Luego, continuó su relato: “Cuando entré a la empresa, éramos pobres trabajando para una empresa rica. De 250 trabajadores, sólo 25 estaban en el convenio de aceiteros, y el 50% eran contratistas. Esa situación nos debilitaba. Entonces lo que hicimos fue convencer a los compañeros de ese momento. Pero cuando un trabajador cobra una miseria y te dicen que tendrías que ganar tres o cuatro veces más, te preguntás ¿cómo me van a pagar eso?”. En ese sentido, Yofra señaló un concepto fundamental de la Federación: “La dignidad no te la da el trabajo, te la da un salario digno. Y eso lo fuimos construyendo”.
“Cuando ganamos la primera paritaria, logramos un 65%, y empezamos a hablar con el resto de las fábricas de Rosario. Comunicar al resto era complicado, nosotros tampoco estábamos concientizados. Fue con el abogado laboralista Horacio Zamboni, que era el motor y nos concientizó de cuánto uno tenía que ganar para cubrir esas necesidades. Que incluso a los delegados sindicales nos daba vergüenza, lo pedíamos tímidamente”, contó y continuó: “Fuimos rompiendo las barreras que uno tiene, porque nosotros somos de la generación del miedo, pero más que nada hay que entender lo que pedimos. Nosotros no podemos decir que ganamos un salario que me dignifica a mí y a mi familia porque las fábricas tienen plata. No es verdad”. Por el contrario, resaltó que esta conquista fue “porque hicimos 25 días de huelga en el 2015 y 22 días en el 2020, nadie nos regaló nada”.
“Tenemos democracia sindical, tenemos la herramienta de la huelga que la sabemos usar, eso nos dio a nosotros la posibilidad de que hoy nos nombren como los ganadores del sistema salarial. Ahora, hay que dar un paso más y entender por qué ganamos este salario, que sea una contribución a la batalla cultural contar cómo llegamos hasta acá”, aseguró en relación con la charla del panel previo sobre la batalla cultural y el rol de los sindicatos. Yofra insistió: “Nuestra obligación es explicar por qué llegamos al SMVM. El emblema que tenemos que llevar a todos lados es que el salario dignifica a los trabajadores y a sus familias. Tenemos que dar esa batalla cultural por lo menos para defender la política del salario y hacérselo ver al resto de la clase trabajadora que hoy padece las políticas que ya se venían dando y este gobierno empeoró”. En esa línea, Yofra concluyó: “Hay que luchar, no nos podemos quedar solos y la única manera de hacerlo es explicando cómo se logró, porque sino van a seguir creyendo que el salario lo fija el mercado y no las necesidades que tenemos las y los compañeros trabajadores”.
Tras la introducción, se dio pie al anuncio del gran acuerdo de paritaria salarial desmotadora logrado por la Federación y STADyCA, que negociaron juntas por primera vez en muchos años y que lograron una conquista histórica.
Leandro Monzón, Secretario General del SOEAD Reconquista, que agrupa a trabajadores aceiteros y desmotadores, contó cómo se consiguió esta unidad: “El año pasado vinieron a dar una charla que me despertó el deseo de hablar con Víctor (González, Secretario General del STADyCA) para discutir algún tipo de unidad. Me animé y lo llamé, le dijimos lo que queríamos como Federación y lo que habíamos logrado. Le aclaré que nadie iba a tocar la autonomía, pero queríamos pelear una paritaria juntos. STADyCA aceptó pelear junto con nosotros y gracias a la Federación también que me dijo que avance que era el momento de pelear juntos y que de a poquito nos íbamos a acercar a los aceiteros. Fuimos todos los dirigentes desmotadores a Resistencia por invitación de Víctor y empezamos a tirar ideas de lo que podíamos lograr”.
Monzón destacó que con esta decisión “se logró la unidad para pelear paritarias y es importantísimo que los delegados entiendan que esta unidad fortalece a los desmotadores, y de a poco vamos a andar cerca de los aceiteros”, en ese sentido, le agradeció a Victor “que me escuchó y me dio la oportunidad”.
Entre aplausos, tomó la palabra Víctor González quien expresó su “inmensa alegría” ya que esta unidad era su “sueño” desde que llegó a la secretaría general de STADyCA. “En Chaco, como siempre, estamos por debajo de los valores salariales, cuando ingresé al sindicato traté de convencer a los compañeros que la única manera de lograr nuestro objetivo era estar todos juntos. Tuvimos largas luchas y fueron necesarias para avanzar. En 2009, como dijo Daniel, tuvimos la primera experiencia de estar juntos por unos años, y después se ha decidido estar en diálogo, pero negociar separados. Eso no dio los frutos que creíamos necesario por lo que me pareció que no era correcto seguir así”, explicó y agregó: “Volví a la batalla de afiliado por afilado para convencerlos de que la única manera de obtener beneficios era la unidad. Como decía Peky (Leandro Monzón), me llamó y con mucha alegría llevé la propuesta al resto del sindicato que aceptó la unidad. Hablé con Peky y le dije: está resuelto, vamos a estar juntos para batallar”.
En ese momento comenzaron las reuniones para discutir las paritarias y como informó González: “Está a las claras, hemos logrado un salario digno. En esta primera etapa de la unidad estamos pegando un salto enorme. Ahora nos toca la mejor tarea de batallar para lograr un salario digno como decía Daniel”.
“Son importantes los delegados de bases, son los primeros que tienen los inconvenientes en las empresas, valoro muchísimo su trabajo. Lo que interesa es estar juntos y debatir temas importantes y tener fortaleza. No hay que tener vergüenza de nada, estamos luchando por el bienestar de la familia trabajadora. Agradezco a todos los compañeros que nos dieron la fortaleza para seguir avanzando”, concluyó.
Por su parte, Marco Pozzi festejó “otra paritaria más que sostenemos el salario” y habló del significado del salario y qué sentido se le da desde la Federación. “Nuestro salario es un piso para seguir trabajando para la próxima paritaria, que transforma la vida de los compañeros”, indicó. Sin embargo, mencionó un obstáculo: “Se nota este reclamo de afuera de que tenemos que ser la vanguardia y es pesado para nosotros. Porque otros sindicatos no quieren hablar del SMVM, porque no lo quieren pelear, porque es mucho más fácil dar lástima. Esa es la problemática de los secretarios generales que intentamos la unidad con otros gremios. No es que no sean combativos, es que no tienen objetivos claros. No es la virtud de alguien que está afuera de la fábrica la que logra las conquistas, es la conciencia de estar dentro de la fábrica, de bancarse las horas de trabajo y pelear con la patronales. Entonces, creo que ahí es en donde va el sentido de donde va lo que hacemos cada uno desde su rol”. En ese sentido, aseguró que “hoy no solamente a los sectores de poder le llama la atención la actividad gremial aceitera, a los mismos compañeros de otros sectores les da miedo, y eso es un problema para lograr unidad”.
En coincidencia con lo dicho antes por Yofra sobre el SMVM, Pozzi indicó: “Nos cansamos de decir que el SMVM tiene que ser para todos los trabajadores, no solo para Aceiteros, pero los otros trabajadores no lo dicen. Necesitamos que cada vez más gente milite dentro de la fábrica. No es un salario de la aristocracia, es lo mínimo vital y móvil para vivir, por eso es injusto hablar de pagar ganancias”.
A continuación, Pozzi llamó a abandonar la “expectativa” en los partidos políticos: “Cualquier partido se olvida de los trabajadores cuando llega, eso pasa siempre. La única forma de protegernos es estar en huelga y unidos. El hecho político concreto es que todos paremos juntos. Llegamos solos hasta acá y así seguiremos, y no debemos tener pretensiones político partidarias. A nosotros hasta acá nos trajo la huelga, la conciencia y estar convencidos de que necesitamos satisfacer las necesidades de compañeros”.
“Este es el camino, seguir encontrándonos, capacitándonos, tener mucha discusión política. El proceso de colectivizarse, primero en las fábricas haciendo política, nos trajo hasta acá. El desafío de hoy frente a este gobierno es seguir discutiendo política, hablar en las fábricas, no enojarse con los que votaron a Milei, me parece que hoy de acá nos deberíamos llevar esto: qué sentido le damos a lo conseguido, al trabajo, no somos sujetos de consumo nada más”, concluyó.
Luego de estas intervenciones llegó el turno del abogado laboralista Miguel Fiad, quien explicó en detalle la paritaria desmotadora lograda y aseguró que sienten “alegría y orgullo” por esta batalla.
“La gran unidad que logramos con los compañeros de Chaco era soñada por ambos. Hasta ahora es una unidad táctica, para lograr un buen salario, pero como viene la mano entiendo que debemos pensarla como estratégica también, porque la unidad de la clase trabajadora va a pasar a ser la diferencia entre seguir existiendo o no”, sentenció e informó los nuevos salarios: “Conseguimos un aumento del 65% desde abril, a cual le sumamos un 17,5 % desde mayo y 17,5% en junio, lo que hace un aumento del 100% a junio. Esto quiere decir que el salario conformado por los compañeros y compañeras alcanzan en la categoría inicial un salario de 993.988 pesos, en la categoría que le sigue 1.073.948 y la tercera categoría 1.148.268 de pesos”.
Entre los aplausos de las y los presentes, Fiad aseguró que se trata de un “salto grande” y una “tranquilidad” dado que “fuimos con el SMVM realmente”. En ese sentido, indicó que “el rol político de la paritaria es frenar el ajuste”. “Alguna vez tuvimos un cartel que decía: ‘En la paritaria frenamos el ajuste´; y es lo que estamos haciendo hoy y en unidad, frenando el ajuste a nuestros compañeros y compañeras. Ese es el rol político porque le mostramos algo al resto de la clase trabajadora”, indicó y continuó: “La cosa se da vuelta cuando los sindicatos tiene unidad y decisión de lucha real como acá, que dijimos si no sale vamos a la huelga y así lo entendieron compañeros y patrones”. “Entonces, con unidad y decisión de lucha le estamos también enviando un mensaje al resto de los gremios que en la paritaria se puede jugar el rol político por lo menos de frenar el ajuste a nuestros compañeros y compañeras”, finalizó.
Por último fue el turno del abogado laboralista, Carlos Zamboni, quien ahondó en la relación capital-trabajo y lo que significa en esta etapa con el gobierno de Milei.
“Ayer se abrió la jornada preguntando por la criminalización de la protesta, de las huelgas, por qué las reformas que se plantean, por qué hay despidos discriminatorios, por qué el Ministerio de Trabajo dejó de ser ministerio, por qué el gobierno dice que no se pueden homologar convenios. La respuesta está también en cosas que se vieron estos días: tenemos un 70% de la clase trabajadora formal de la Argentina que tiene un salario por debajo de la línea de pobreza. Todos los trabajadores eligen qué necesidades van a cubrir y cuáles no. Esa es la realidad de la clase trabajadora”, advirtió al tiempo que mencionó la fragmentación de los trabajadores, la realidad del mercado de trabajo. “El porqué de todo esto de este nuevo embate tiene que ver con estas paritarias, con la centralidad de la relación capital-trabajo y con un gobierno que parece novedoso, pero con una receta tan vieja como el capitalismo: el mecanismo de ajuste para salir de la crisis es ajustar el salario”, argumentó y agregó: “En ese sentido, en ese porqué y, en esa decisión, es que nos encontramos como sindicato disputando la lucha económica en nuestra paritarias”.
En ese escenario, llamó a pensar en cuál es la potencia del sindicalismo ya que ni la clase trabajadora ni los gremios “son los mismo que en 2001”. “Llevamos 20 años de huelgas y de reconstruir poder obrero en cada fábrica. Entonces, claro que cayó el salario, pero si vemos el último informe del INDEC en enero vemos que el único sector que le empató la inflación y no perdió salario fue el sector privado que negocia paritarias formalmente y que tiene sindicatos organizados. La potencialidad de la clase trabajadora organizada y la fuerza que hemos construido nos pone en la responsabilidad de poder enfrentar al ajuste”, aseguró. En ese sentido, propuso que la batalla se debe hacer en las fábricas, en la negociación colectiva y para enfrentar a los patrones, “que vienen ganando cada vez más”.
“Por supuesto que la situación es complicada, no tenemos duda es que esta política neoliberal tiene un eje en la rebaja salarial, porque el SMVM nos parece revolucionario porque este modelo de acumulación que tiene el capitalismo se basa en la superexplotación de la clase trabajadora, no puede funcionar si toda la clase trabajadora tiene niveles salariales de acuerdo a sus necesidades”, explicó al tiempo que convocó: “Entonces, el eje central que es la lucha económica no alcanza, pero es necesaria, no podemos dejarla de lado. Pero la potencia que tienen los sindicatos 23 años después del 2001, la construcción de poder obrero hace que este momento en la Argentina sea la hora de los sindicatos. Ustedes que son dirigentes sindicales tienen que asumir esa responsabilidad y estar a la altura de las circunstancias, estar decididos a dar pelea al ajuste y a pensar en una sociedad distinta y que sea realidad, pero no pensando que lo vamos a hacer construyendo una salida partidaria viendo a quién votar, tenemos que construir esas fuerzas dentro de nuestros lugares de trabajo y disputarle a los ganadores de este sistema que son la patronales, no el Estado. Los únicos que podemos dar esa disputa contra ellos somos la clase trabajadora organizada”, concluyó.
Actualidad del Movimiento Obrero. Situación de trabajadores estatales, Agencia Télam, trabajadores privados: “la fortaleza del movimiento obrero va a sacar a este país adelante y lo vamos a hacer todos y todas en la calle”.
La última mesa estuvo moderada por Daniel Yofra y lo acompañaron Rodolfo Aguiar, Secretario General del gremio de estatales ATE, Carla Gaudensi, Secretaria General de la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa FATPREN y Claudio Marín, Secretario General de FOETRA, Sindicato de Telecomunicaciones.
Para cerrar el Plenario, Yofra inició el panel haciendo hincapié en la “estigmatización a los trabajadores” y el nuevo intento de ataque a la clase trabajadora que en 1976 lo hicieron “con los milicos” y que hoy “lo ganan en las elecciones”. “Evidentemente, tenemos que redoblar esfuerzo, hablar de salario pero también hablar sobre lo que les decimos a nuestros compañeros y compañeras para llegarle a ese sector que se identifica con la derecha argentina y que nos desprecia, tendremos que gritar más fuerte”, convocó Yofra al tiempo que apuntó a la fragilidad que dejó el gobierno anterior. “Hay que identificar a quienes nos quieren hacer sentir culpables del sistema y hacernos creer que tenemos que ser pobres, que no podemos ganar bien, que no podemos tener una vida digna”, pidió, para luego agradecer el tiempo de las y los oradores que se hicieron presentes para “pensar un mundo más justo”.
El Secretario General de FOETRA y anfitrión, Claudio Marín, comenzó celebrando que este evento se realizara en el auditorio del gremio: “Les doy la bienvenida formal a la casa de los trabajadores de las telecomunicaciones, este espacio lo pensamos para este tipo de actividad, pueden venir siempre que lo necesiten porque la unidad de la clase trabajadora se muestra en acciones concretas”.
Marín continuó: “Nuestras problemáticas son muy particulares a los trabajadores de las telecomunicaciones, pero en la construcción colectiva está el secreto de una síntesis que necesitamos hacer para sistematizar las experiencias que tenemos, hacerlas transmisibles y evitar caer en los mismos errores”. En ese sentido, compartió los diferentes conflictos que atravesaron a lo largo de su lucha sindical enfrentándose a “compañías que tienen un fuerte respaldo político”. En ese sentido, desarrollaron un conjunto de “políticas y orientaciones de la organización gremial de carácter permanente” como por ejemplo un programa de formación de delegados y cuadros políticos. “Es una tarea que hacemos con recursos propios y por la que pasan 300 delegados y delegadas por año”, explicó y agregó: “Se busca dotar al delegado de herramientas reivindicatorias para atacar los problemas con la normativa vigente, con las experiencias y con los derechos adquiridos. Esto es permanente porque estamos en una industria que transforma todo el tiempo los puestos de trabajo, y eso nos obliga a tener que formar delegados y compañeras/os que puedan capacitarse en su trabajo sin caer en las manos de las formaciones de las compañías”.
Otra de las problemáticas presentadas por Marín es la tercerciarización, que además de tener contratos débiles y pobres, tiene un principal objetivo “sumamente político” que es romper al gremio”. Sin embargo, Marín dio cuenta de la fortaleza gremial del sector, ya que informó que hace seis meses se conformó la “Confederación de las Telecomunicación, CONSITEL “, que nuclea a las cinco federaciones que integran las telecomunicaciones. “Ahora discutimos de forma mancomunada y coordinada en todo el país, se trata de un elemento centrípeto para poder burlar lo que tenga que ver con dispersión y pérdida de fuerza. La unión hace la fuerza, una idea vieja que hay que poner en marcha”, indicó.
Sobre la actualidad de las y los trabajadores de las telecomunicaciones, Marín informó que están en plena discusión paritaria y con un problema grave que es la posibilidad de despidos masivos en la empresa estatal Arsat.
Como cierre de su intervención, Marín destacó la obligación de los sindicatos de “no sólo tener una pelea de defensa de intereses corporativos sino tener propuestas desde el punto de vista de la gestión, que haríamos nosotros con el sector si pudiera ser controlado de otra manera”. “Deberíamos tener propuestas técnico-políticas para un desarrollo del país y de la justicia social; no debemos limitarnos a la defensa de los porotos. Hay que defender el salario y al condiciones de laburo, pero también debemos defendernos desde una estrategia de país y de gestión”, detalló al tiempo que indicó que esto permitirá “construir un programa para el conjunto, generar propuestas realizables desde el hacer colectivo, de lo contrario vamos a caer en el aislamiento”. “Debemos construir de abajo hacia arriba un programa desde la lógica militante, lo único que se construye de arriba para abajo es un pozo. Esto va de abajo para arriba. Necesitamos más sindicatos, más delegados, más militantes y una política permanente y sistemática en ese sentido”, concluyó.
Luego llegó la palabra de Rodolfo Aguiar, Secretario General de ATE, quien saludó y agradeció la invitación y aseguró: “Seguramente el movimiento obrero en su historia tuvo muchos desafíos, pero el que tiene por delante hoy el sindicalismo y los trabajadores tal vez sea el más grande, el más importante en los últimos 40 años de democracia”. Aguiar apuntó al Gobierno nacional y aseguró que busca “instaurar el programa económico de la última dictadura militar” con un intento de “producir un cambio tan profundo en todo el ordenamiento jurídico que rige en nuestro país”. El gremialista marcó tres puntos en los que se podría sintetizar las políticas de este gobierno: la erradicación de derechos de todo nuestro pueblo, la destrucción de puestos de empleo y la demolición de los ingresos. Ante este escenario, aclaró: “Entonces, cuando se analiza que la única partida que creció es la Ministerio de Seguridad uno entiende por qué: en el modelo de país que nos proponen no entramos los trabajadores ni los jubilados con vida digna, ese modelo de país solamente se puede llevar adelante con represión”.
“Lo que tengo que hacer hoy acá en representación de los casi 400.000 trabajadores y trabajadoras estatales de Argentina es decir que ante este intento de disciplinarnos venimos a valorar que los aceiteros y desmotadores hayan logrado una paritaria que se transforma en un ejemplo para todos los trabajadores de país, no lo duden”, festejó. Aguiar contó que, cuando aún no conocía a Yofra en persona, lo había visto por televisión y le quedaron sus declaraciones: “Tenemos que recuperar la conciencia de cuál es nuestro valor de nuestra fuerza de trabajo, no nos podemos dejar explotar por menos dinero del que exige la ley”. En ese sentido, Aguiar denunció que las y los trabajadores estatales no llegan a cubrir las necesidades que plantea el Salario Mínimo, Vital y Móvil, a esto se suma el agravio constante y el desprestigio a su trabajo. “Enfrentamos más de 12 mil despidos, por supuesto que cada uno de ellos es un calvario, una tragedia individual, ahora si uno analiza lo masivo de las cesantías se transforma en una tragedia en el país”, advirtió y explicó: “Detrás de cada puesto que se pierde hay una política pública que se desmantela”.
Sobre las agresiones que sufren por parte del Gobierno nacional, Aguiar indicó: “Aparece la campaña de desprestigio con la figura del ñoqui. Desde ATE les pedimos que publiquen ya una lista de los ñoquis. Pero no pueden hacerlo, entonces se empieza a desvanecer ante la sociedad la principal causal de despidos que invocó este gobierno que fue la no prestación de servicios. “Nosotros queremos ser claros, se dicen tres cosas y hay que derribar mitos: que los estatales somos muchos, que no estamos calificados y que le costamos mucho a nuestro pueblo. Con cifras oficiales puedo decir que del total de las personas ocupadas en Argentina sólo 2 de cada 10 trabajan en el Estado. Sobre nuestra calificación, el 51% tiene título universitario y el resto se forma para otras competencias. Por último, si analizamos la partida de gasto corrientes del Estado estamos en el 4° lugar”, denunció. En ese sentido, invocó: “Hay que dar esta batalla cultural”.
Aguiar advirtió que la decisión política de los despidos masivos es “retirar la presencia del Estado de las provincias”. “Tenemos que ser capaces de reflexionar qué hay detrás de los despidos. Se despide porque quieren destruir este Estado, que tiene imperfecciones por supuesto, pero que está al servicio del pueblo. Quieren construir un Estado al servicio de los grandes grupos empresarios. Hay que luchar para que la motosierra esté en nuestras manos y deje de cortar las cabezas de los jubilados y trabajadores y empiece a cortar otras”. Aguiar insistió al decir que estamos “frente a un programa para colonizar la economía” porque hay que apostar a la “unidad y lucha confiando en nuestro pueblo”. “Somos parte del pueblo, del pueblo que votó a Milei, que es el mismo que de la mano de Madres y Abuelas le pusimos fin a la última dictadura, el mismo que en 2001 abrió un nuevo tiempo. Cada vez que irrumpe el pueblo, se cae la oligarquía. Todos juntos vamos a luchar hasta que se caiga esta oligarquía que nos gobierna y tengamos un gobierno que piense en el pueblo libre y soberano”, concluyó.
Finalmente, tomó la palabra Carla Gaudensi, Secretaria General de la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN), Secretaria Adjunta del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) y trabajadora de la agencia de noticias estatal nacional Télam, quien destacó la lucha actual del movimiento obrero contra la ofensiva del gobierno de Javier Milei: “es importante para nosotros y nosotras mostrar que estamos en pie de lucha desde el primer día que asumió este gobierno, y también desde antes, porque creo que hubo una unidad en todo el movimiento obrero en cómo teníamos que salir a plantear el debate, sobre qué se estaba debatiendo en el ballotage en nuestro país, porque sabíamos que nos enfrentábamos a que pueda ganar por el voto popular un gobierno de derecha, un gobierno que venía a profundizar el plan económico que tuvo la dictadura cívico-militar en nuestro país”.
En la misma línea, se refirió a la estigmatización de los trabajadores y trabajadoras por parte del gobierno nacional: “hay una fuerte estigmatización por parte del gobierno a los trabajadores, en particular estatales o de empresas del Estado, titulándonos de ñoquis, de que somos la casta. Y han demostrado que piensan así de quienes vivimos de un salario y, muchas veces, de un salario precarizado, de un salario que no alcanza a cubrir las necesidades de nuestras familias. Lo digo como trabajadora de prensa, donde hace años que venimos discutiendo por qué un solo salario no alcanza para vivir en la actividad que nosotros realizamos”.
Puntualmente, con respecto al conflicto de Télam, apuntó contra el relato gubernamental: “el relato es que Télam está cerrada y Télam no está cerrada: sus trabajadores la estamos defendiendo y, además, está abierta porque no la pueden cerrar, porque tienen que pasar por el Congreso, porque tienen que buscar acuerdos políticos que no saben generar. No hay ningún gasto, es una inversión, porque tenemos que poder poner en la agenda, a lo largo y ancho del país, las problemáticas que tiene nuestro pueblo y no las cuenta otro, no las va a contar otro”.
En este contexto, Gaudensi consideró que la tarea es “construir culturalmente en contraposición con el discurso hegemónico que hoy se construye desde el gobierno y de algunos sectores”, e instalar el debate sobre “por qué el sacrificio lo tenemos que hacer los que tenemos un salario, los que vivimos de un salario o los que no viven de un salario, que viven en situaciones de la economía popular o de los sectores más empobrecidos de nuestro país, y por qué no al sacrificio lo tienen que hacer los que siguen cada día enriqueciendo más sus bolsillos entre cinco o seis vivos que se la siguen llevando en pala”.
Asimismo, con respecto al rol del movimiento obrero argentino en esta etapa, expresó: “hay un sector hoy en nuestro país que está en pie de lucha, y es el movimiento obrero organizado. Tenemos un plan de lucha que hizo que se le ponga un freno a la primera Ley Ómnibus de este Gobierno, que fue el primer paro y movilización a menos de 30 días de gobierno. El 24 de enero estábamos en las calles. Y no solamente en las calles de la Ciudad de Buenos Aires, estábamos en todo el país. Luego, las mujeres, el 8M, volvimos a conquistar masivamente las calles con consignas de clase, con consignas que marcan por qué, por ejemplo, que no haya un Estado presente, nos afecta primero a nosotras, porque si no hay escuela pública, las que se van a tener que quedar con los pibes, las que van a tener que asumir la tarea de cuidado, vamos a ser las mujeres. O que si no hay programas para la violencia de género, las más afectadas vamos a ser nosotras. Nombro la educación, nombro la violencia, pero también podría decir el hambre: no hay alimentos para que podamos sostener las ollas en los barrios. Y las que lo sostienen son las compañeras. Sin lugar a dudas, la unidad fue el motor, y hoy hay un plan de lucha. Tenemos por delante un primero de mayo que tiene que ser masivo, no solamente en la Ciudad de Buenos Aires, sino en todo el país, y un paro convocado por la CGT el 9 de mayo”, destacó.
En la misma línea, señaló: “también el debate es que tampoco nosotros pudimos interpelar a nuestra propia dirigencia política. Hoy no tenemos dirigencia política a la altura de las circunstancias de lo que está pasando en nuestro país, a diferencia del movimiento obrero. Y esa es nuestra fortaleza y nuestro gran desafío: mantener esa unidad, profundizarla, seguir en la calle. Llevamos cinco meses. No pudieron avanzar con la Ley Ómnibus. Tenemos que voltear el DNU, porque el DNU es algo que no le pudimos explicar a cada uno de nuestros compañeros y compañeras en qué concretamente nos afecta, porque hay una afectación directa a cada uno de nosotros y nosotras, estemos en la actividad que estemos”.
En ese sentido, puntualizó: “creo que estamos en una resistencia activa, porque no estamos en un proceso de resistencia quedándonos pasivamente y cuidando nuestras quintitas. Por eso hay que federalizar las luchas, por eso no solamente hay que hacerlo en la Ciudad de Buenos Aires. La presión se tiene que sentir de todos los sectores de nuestro pueblo y se tiene que sentir en todos los puntos del país, porque esa es la posibilidad real que tenemos de que estos tipos no puedan avanzar. En ese sentido, ni un paso atrás como las Madres y las Abuelas. Yo creo que por eso al movimiento obrero organizado nos eligen inicialmente como principal ataque: porque tenemos una gran fortaleza, porque no nos pueden atacar tan fácilmente, aunque sea acelerado el proceso. Sin lugar a dudas. Pero siempre, siempre, el movimiento obrero encuentra la forma de ganar esas luchas. Así que yo lo que creo es que nosotros tenemos que hablar más con nuestros compañeros y compañeras en el lugar de trabajo, creo que tenemos que dar estos debates, creo que eso se tiene que trasladar a las casas, a las familias, a los vecinos. El humor social está cambiando. Tenemos que poder apropiarnos de eso. Entonces, tenemos que estar en la calle, tenemos que estar en unidad, sabiendo que la fortaleza del movimiento obrero va a sacar a este país adelante y lo vamos a hacer todos y todas en la calle. No hay que tenerle miedo a la calle”, sentenció.
Tras una ronda de preguntas, el compañero Secretario General agradeció a las y los presentes y cerró el Congreso con estas palabras:
“Ha sido un Plenario donde hubo un aporte muy importante de compañeros luchadores. Necesitamos que los luchadores de siempre, que no les va a hacer mella un gobierno como este, nos puedan hablar y nos pueda decir cómo la están batallando, para que no creamos que somos los únicos que peleamos, que hay otras realidades”, planteó Yofra. “Hoy tuvimos la posibilidad de escuchar a aquellos soldados que están al frente de sus compañeros, están al frente de la batalla en primera persona y nos están diciendo, ésta es la verdad de los trabajadores. Que hay trabajadores, que hay familias, que no son solamente un título fácil que tira este tipo de gobierno en donde nos dicen son ñoquis, son vagos, el Estado es deficiente, bueno, todas las excusas que pone un gobierno empresario como lo es este”.
“Y que nosotros tenemos la oportunidad histórica, me refiero al movimiento obrero, a través de la Central, a través de sus dirigentes nacionales, de conformar no un partido sino una verdadera oposición, una verdadera oposición que defienda a los trabajadores y trabajadoras. No podemos permitir que un gobierno cague con la puerta abierta como lo hace este gobierno y se ría y se jacte de dejar a trabajadores y a muchísimas familias en la calle”.
“Miles de trabajadores han dejado y sale el presidente y se nos ríe en la cara”, definió. “Evidentemente la dirigencia sindical no está entendiendo que a este gobierno se lo enfrenta de otra manera, a los empresarios, y nosotros que tenemos empresarios, que somos privados, sabemos que la única manera de que podemos doblegar a los capitalistas, a los patrones, es a través de la huelga, porque además lo afecta económicamente y a este gobierno de empresarios le pasa lo mismo y le va a pasar lo mismo”.
“Entonces”, señaló Daniel Yofra, “no podemos esperar de que haya un líder político que sea la oposición de este gobierno porque ya tendría que haber salido, no puede ser de que no haya un partido que le haga frente a este gobierno porque está siendo un desastre. Estábamos mal producto de las malas políticas anteriores y hoy estamos peor. Entonces tenemos que construir dirigentes que realmente se pongan en el lomo la responsabilidad que nos dieron nuestros trabajadores y defenderlos. Tenemos que ser la oposición como movimiento obrero de este gobierno y lo tenemos que lograr a través de la protesta, a través de la calle, a través de la huelga aunque sea por sector, no hay otro modo”.
“No hay otro modo que la dirigencia entienda de que hay que salir a enfrentar a este gobierno y no se lo enfrenta entre cuatro paredes y en silencio, como cuando van y se reúnen con el gobierno y nadie sabe que es lo que está pasando, ni siquiera los dirigentes nacionales. Hace muchísimo que no se hace un plenario de secretarios generales en la CGT”.
“Entonces nosotros la responsabilidad que tenemos es ir a decir a esos lugares que es lo que dijeron acá, cual es la problemática, la verdadera problemática porque lo explicaron de la mejor manera que se puede. Decirle a los trabajadores que este es nuestro problema, no es lo que dicen los medios y un alocado que sale todo despeinado a decir cualquier estupidez. Y hay que decirlo a los compañeros, para que el día que nosotros necesitemos hacer una huelga, hacer una movilización, ir en solidaridad a todos los conflictos, no pongamos la excusa ridícula de pensar que son unos vagos, son unos ñoquis o son unos subsidiados. Hay hambre, hay desocupación y cada vez estamos peor”, sentenció el Secretario General de la FTCIODyARA.
“Entonces compañeros y compañeras, la responsabilidad que hoy nos llevamos a nuestros lugares de trabajo en todo nuestro país es decirle a los compañeros que nos tenemos que poner de pie, tenemos que tener empatía y tenemos que salir a parar todo. No podemos seguir esperando, tenemos que ser la verdadera oposición, si no lo hacen las centrales, nosotros desde nuestro lugar tenemos que definirnos como oposición y la oposición es pelear por nuestros trabajadores. Si no nos homologan el salario, la paritaria, tenemos que hacer huelga, tenemos que volver a hacer esa huelga por tiempo indeterminado y enfrentar a este gobierno y a cualquier gobierno del color que sea el partido político. Muchas gracias compañeros y compañeras” dijo Yofra, y cerró entre aplausos el Plenario.