1° de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores
En este nuevo 1° de Mayo desde la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina queremos saludar fraternalmente a todas las compañeras y compañeros trabajadores aceiteros y desmotadores, a sus familias y al conjunto de la clase trabajadora, deseándoles una gran jornada de reencuentro y festejo.
Esta fecha no es sólo para celebrar y reencontrarnos con compañeros y familiares, es también y sobre todo un día de lucha, memoria, reflexión.
Instaurado en 1889 por un congreso obrero para impulsar internacionalmente la demanda de la jornada laboral de 8 horas y homenajear a los activistas y mártires de la ciudad de Chicago, desde entonces el 1° de Mayo reúne y moviliza a la clase trabajadora en miles de luchas, actos y encuentros en todo el mundo.
A lo largo de la historia muchas dificultades ha afrontado nuestra clase trabajadora. Las patronales siempre están buscando nuevas estrategias para fragmentar al movimiento obrero, debilitar la conciencia de clase y maximizar sus ganancias.
En esta ofensiva, con el neoliberalismo instaurado a partir de las décadas del 80 y 90 del siglo pasado, el capital financiero se impuso por sobre el productivo y por sobre el trabajo, con concentración de la economía, oligopolios globales -como los que tenemos en nuestro sector agroexportador- y graves retrocesos en derechos sociales y sindicales.
En nuestro país, las y los trabajadores hemos sufrido grandes ataques con la dictadura genocida en los 70, la larga década neoliberal de los 90 y el gobierno de la alianza Cambiemos a partir de 2015. En cada una de esas etapas desde el Estado y el poder económico buscaron, con distintos métodos, desarticular y fragmentar al activismo sindical y al movimiento obrero para eliminar derechos y reducir los ingresos de las familias trabajadoras.
Pero, a pesar de su virulencia, cada uno de esos períodos culminó en gobiernos yéndose ante las enormes protestas sociales y obreras que nuestro pueblo argentino ha sabido poner en pie en defensa propia una y otra vez.
Gestas populares que abrieron caminos de esperanza, pero no implicaron recuperar todo lo perdido cada vez. Lo vivimos en este duro presente, donde a la crisis iniciada en el gobierno macrista le sucedió la crisis sanitaria, económica y social de la pandemia cuyas consecuencias no sólo aún persisten, sino que se agravan con los efectos globales del conflicto bélico en el este de Europa.
En Argentina hoy el 50% de los trabajadores registrados tiene salarios de pobreza, y entre quienes trabajan sin una relación formal, precarizados, semiocupados, la situación es aún más grave.
La riqueza que produce nuestro país, desplegada en la fenomenal recuperación económica del 2021, se la terminaron quedando “tres, cuatro vivos” -un puñado de grandes grupos empresarios indiferentes a los padecimientos de las mayorías- y la situación en 2022 continúa en el mismo sendero de profunda desigualdad.
En este contexto, pocos gremios han sido capaces de mantener el salario real a lo largo de los últimos años. Entre ellos, notoriamente el nuestro, gracias a la lucha continua de nuestras compañeras y compañeros con unidad, solidaridad y organización gremial.
Fuerza colectiva representada en los sindicatos de base y en la política gremial de nuestra Federación, que sostiene -como escribía el compañero Horacio Zamboni en 2008- que a la crisis se la enfrenta fortaleciendo el mercado interno con una política de pleno empleo y salarios mínimos vitales y móviles según su definición constitucional y legal, con paritarias libres y los intereses populares de las amplias mayorías como prioridad.
Con democracia sindical en nuestros gremios y defensa de la vida y la integridad psicofísica con control de la producción mediante los Comités Mixtos de Salud y Seguridad Laboral en nuestras plantas.
Profundizar nuestra solidaridad, fortalecer nuestra organización y reafirmar nuestra conciencia de clase son las tareas. Con el recuerdo de los compañeros de Chicago en nuestra memoria, y la de tantas y tantos otros activistas obreros, queremos brindarles hoy nuestro abrazo fraternal en este día internacional de lucha.
Nadie se salva solo. ¡Viva la clase trabajadora!
Comisión Directiva
Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina
F.T.C.I.O.D y A.R.A.