Desde la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina seguimos reclamando Memoria, Verdad y Justicia.

El régimen de facto que se instaló el 24 de marzo de 1976 inició el capítulo más oscuro de la historia argentina, instaurando en todo el territorio nacional el Terrorismo de Estado que aniquiló toda una generación de jóvenes militantes políticos, sociales, del arte y la cultura, y por sobre todo: trabajadoras y trabajadores.

El accionar ilegal, sistemático y asesino de la Junta Militar se ensañó con el sindicalismo. Delegados, comisiones internas y activistas de todo el país fueron perseguidos, secuestrados, torturados y asesinados por haberse organizado para defender sus derechos y los de sus familias.

La dictadura, con el respaldo de muchas de las principales patronales, atacó al movimiento obrero argentino sobre el cuerpo de sus trabajadoras y sus trabajadores, buscando dejar en la clase una enseñanza mediante el terror, para que nadie volviera a atreverse a ponerse de pie.

Eso no lo lograron. Fue el movimiento obrero argentino el que mediante su lucha de años, con momentos decisivos como la valiente huelga de 1982 convocada por la CGT Brasil de Saúl Ubaldini, logró sacudir al gobierno de facto y, tras el fracaso de sus intentos de recomponerse, obligarlo a retirarse desordenadamente, intentando cubrirse las espaldas con una ley de “autoamnistía” con la que buscaron la impunidad.

La lucha continuaría en democracia con avances históricos, como el Juicio a las Juntas, y duros retrocesos con las leyes de la impunidad: Punto Final, Obediencia Debida y los indultos a los genocidas. Seguirían largos años de lucha permanente del pueblo argentino con las Madres de Plaza de Mayo a la cabeza que lograron quebrar esos pactos.

La rebelión del 2001 donde el pueblo se quitó de encima definitivamente el terror, desobedeciendo el Estado de Sitio, abrió el camino para que se derogaran esas leyes de impunidad y avanzaran los juicios contra los genocidas.

Esta historia sigue hoy. No lograron domesticar a nuestra clase trabajadora como pretendían. Nuestra organización gremial, junto a muchas otras, así lo ejemplifica. Pero sí tuvieron éxito en otros objetivos: quebrar el modelo de desarrollo industrial y el Estado productivo, instalar la hegemonía del capital financiero y, mediante la ilegítima e ilegal deuda externa, subordinar a nuestro país a organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional. Las consecuencias de la dictadura persisten en nuestra realidad cotidiana, casi medio siglo más tarde.

Pero también persiste la organización y la voluntad de lucha de la clase trabajadora. Nuestra Federación continúa representando a nuestras compañeras y compañeros trabajadores detenidos desaparecidos. Aún no se ha dado respuesta sobre su paradero, por lo que nuestra organización sindical tiene la obligación de representarlos, ya que esa representación no ha cesado sino que por el contrario existe un deber ético de nuestra entidad para con ellos y sus familiares. En ese marco, somos querellantes en la causa de lesa humanidad que investiga la responsabilidad empresarial de Bunge & Born y su accionar ilegal en Molinos Río de la Plata Avellaneda.

A 46 años del golpe genocida reafirmamos nuestro compromiso y por todas las compañeras y compañeros desaparecidos, reclamamos Memoria, Verdad y Justicia.

Comisión Directiva
Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina
F.T.C.I.O.D y A.R.A.