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Huelga Nacional Aceitera

La Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina comunica que en el día de fecha da comienzo a un plan de lucha, cuya primer medida de acción directa comienza a las 14 horas de hoy con una huelga en las plantas aceiteras del país, tras la provocación por parte de la representación patronal de las cámaras CIARA, CIAVEC y CARBIO al negarse a la revisión de la escala salarial prevista para el mes de agosto pasado.

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En efecto, transcurrieron más de dos meses desde el momento en que se debía comenzar a revisar la escala salarial correspondiente al Convenio Colectivo de Trabajo 420/05, tal cual fue firmado por estas mismas cámaras patronales en el acuerdo del pasado 30 de abril de 2020, y sin embargo, su respuesta fue la dilación primero, y la negativa expresa a proceder a la revisión después.

Reiteramos que las trabajadoras y los trabajadores aceiteros -al igual que toda la clase trabajadora- tenemos el derecho constitucional y legal a un Salario Mínimo Vital y Móvil que asegure alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte y esparcimiento, vacaciones y previsión, tal cual figura en el artículo 14 bis de la Constitución Nacional y el artículo 116 de la Ley de Contrato de Trabajo.

Según estudios basados en la última Encuesta Permanente de Hogares (EPH) por el INDEC, la suma necesaria para asegurar el acceso a esos derechos esenciales es, al 31 de agosto de 2020, de $81.670, piso que debería percibir cada trabajador y trabajadora en todo el territorio nacional.

Hoy el salario inicial del CCT 420/05 es de $68.678, es decir, inferior al necesario para asegurar una vida digna a los aceiteros y aceiteras.

Llama la atención que habiendo sido una actividad declarada esencial, y que por lo tanto no dejó jamás de producir durante la pandemia, lo que generó una rentabilidad superior a la de años anteriores, la postura de las cámaras sea la negativa a negociar. Las agroexportadoras desconocen que esas ganancias extraordinarias son fruto del esfuerzo de los trabajadores que arriesgaron su vida y la de sus familias al quedar exceptuados del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio al que se sometió a la mayoría de la población del país por una emergencia sanitaria sin precedentes en el mundo.

Según declaraciones públicas del titular de la CIARA, la negativa se basa en que el aumento acordado para la escala salarial a partir del 1/1/2020 fue de un 25%, y por lo tanto no habría nada que revisar porque la inflación de este año no superó ese índice. Es decir, aún en su lógica, pretenden congelar salarios, como si no existiera posibilidad de acordar aumentos salariales reales, es decir, por encima de la eventual inflación. Ninguna norma legal establece eso.

Por el contrario, insistimos en que el piso de los salarios es el valor de la fuerza de trabajo, definido como Salario Mínimo Vital y Móvil en el artículo 116 de la Ley de Contrato de Trabajo. Si esta poderosa cámara empresaria pretende congelar los salarios en el punto actual, qué le queda a la mayoría de la clase trabajadora argentina, que ha sufrido un 20% de pérdida de poder adquisitivo en los últimos años, aún antes que la pandemia desatara la mayor crisis económica global en muchas décadas. ¿Pretenden acaso la perpetuación de esta situación en la que la clase trabajadora argentina está forzada a vender su fuerza de trabajo por debajo de su valor, condenando a cientos de miles de familias a permanecer en la pobreza?

Estas empresas, históricas ganadoras del modelo agroexportador, han sido recientemente beneficiadas con las medidas del gobierno nacional, percibiendo una transferencia de cientos de millones de dólares que se suma a su ya extraordinaria rentabilidad. Pero en vez de dar el ejemplo, aumentando salarios para reactivar la economía, se niegan a negociar.

Este accionar se complementa con la ofensiva patronal que algunas empresas desarrollan contra el CCT 420/05, como es el caso del Grupo Beltrán en la empresa Dánica, que comenzó en su planta de Llavallol el segundo lock out en seis meses, para extorsionar a los trabajadores a que “acepten” un cambio de convenio – salir del CCT aceitero aplicable a dicho establecimiento desde hace 75 años y pasar a alimentación – lo cual es absolutamente ilegal.

O el caso del grupo Vicentin, que luego de aprovecharse de multimillonarios préstamos del Estado que no ha pagado, condena a los trabajadores de la Algodonera Avellaneda a salarios de miseria.

Por todas estas razones los aceiteros y aceiteras recurrimos a la herramienta fundamental de nuestra clase, y vamos a la huelga.

¡Viva la clase trabajadora! ¡Viva la lucha de los trabajadores! ¡Viva la huelga de los aceiteros!

Comisión Directiva
Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina
F.T.C.I.O.D y A.R.A.