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1° de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores

Hoy, en esta fecha tan importante para todas las trabajadoras y trabajadores del mundo, desde la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina queremos saludar fraternalmente a cada compañera y cada compañero.

El 1° de Mayo no es un un feriado más. Es una fecha creada por el movimiento obrero y celebrada por las trabajadoras y trabajadores de todo el mundo, que la conviertieron en la conmemoración de origen no religioso más importante del planeta.

Y para la clase trabajadora es una jornada tanto para celebrar como para reflexionar, hacer memoria y por sobre todas las cosas, renovar la lucha.

En 1889 un Congreso obrero internacional en París, Francia, aprobó establecer esta fecha para homenajear a los Mártires de Chicago, compañeros procesados y ejecutados en esa ciudad por luchar por la jornada laboral de 8 horas, y proyectar su reivindicación a nivel mundial. Desde el 1° de Mayo de 1890, hace hoy 130 años, los trabajadores argentinos conmemoramos esta fecha junto a la clase obrera del mundo.

Desde entonces hasta ahora incontables luchas han tenido lugar, con importantes victorias y duras derrotas. Cada conquista y cada derecho que tenemos hoy como trabajadores fue obtenido con grandes sacrificios de muchísimas compañeras y compañeros.

Esa realidad general también lo es para nosotros en particular. Las compañeras y compañeros aceiteros y desmotadores hemos recorrido un largo camino estos años, con grandes huelgas que abrieron la puerta a obtener conquistas salariales, laborales y sanitarias. Pero no hemos estado exentos de los golpes que viene sufriendo la clase trabajadora argentina en su conjunto, y entre los más dolorosos se han contado la pérdida de puestos de trabajo y el cierre de plantas bajo la gestión del último gobierno.

Hoy, el 1° de Mayo nos encuentra en una situación inédita, con una pandemia global que afecta todos los órdenes de nuestras vidas. Aceiteros y desmotadores hemos estado exceptuados del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio desde el primer día, y nos comprometimos con gran responsabilidad con el objetivo de contribuir al bien común, demandando a las empresas y al gobierno todas las medidas que garanticen la sanidad pública y la salud e integridad psicofísica de nuestras compañeras y compañeros trabajadores.

Las consecuencias sobre la economía real ya se están haciendo sentir en todo el mundo. En este marco complejísimo, es para nosotros un motivo particular de orgullo colectivo el acuerdo salarial logrado ayer mismo en la paritaria aceitera, y nos preparamos junto a las compañeras y compañeros desmotadores en el mismo sentido.

La pandemia se ha convertido en un hecho que está afectando todos los aspectos de nuestras sociedades, agudizando contradicciones y profundizando una crisis que ya venía con rodaje propio, tanto a nivel nacional como global.

Existen sectores empresarios y del poder económico concentrado que buscan aprovechar la emergencia para avanzar una vez más sobre los derechos y conquistas laborales, o cuando menos, sostener todo lo posible su rentabilidad repartiendo las pérdidas de la crisis en sectores más vulnerables.

Nuestra Federación se pronunció recientemente junto a medio centenar de organizaciones gremiales hermanas al respecto, planteando que no podemos permitir que las consecuencias de la crisis recaigan sobre las espaldas de la clase obrera. Cada trabajador que pierde su empleo, cada salario recortado, es un herida más en el tejido social que produce un daño que puede ser irreparable.

Ante ello exigimos la intensificación de la intervención del Estado en la protección del trabajo, conforme el mandato constitucional. Deben tomarse acciones concretas con quienes despiden, suspenden y rebajan salarios, con aquellos que especulan con las necesidades de la sociedad para sacar una mayor ventaja, deben ser sancionados e intervenidos.

No es tarea fácil romper con un modelo económico mundial que hace más de 40 años descansa sobre las finanzas y el capital ficticio, en una burbuja cada vez más alejada de la realidad económica, pero la crisis adquiere una velocidad que no tolera respuestas a medias tintas. Las acciones que se tomen para combatirla no pueden estar signadas por la ortodoxia y el capital financiero, que empujan a descargar sobre el trabajo todas sus consecuencias, cuando somos los trabajadores los que creamos la riqueza del mundo.

Por todo ello reafirmamos que a la crisis ecónomica mudial se la enfrenta con salarios mínimos vitales de acuerdo a su definición legal, con pleno empleo y paritarias libres.

En aquella difícil pelea por las 8 horas, los obreros de Chicago del siglo XIX no se dieron por vencidos y lograron la victoria. Su ejemplo de unidad y solidaridad nos ilumina a través de la historia y se abraza con nuestra propia experiencia obrera.

Con lucha todo es posible.

¡Felicidades en este 1º de Mayo!

¡Viva la clase obrera!

Comisión Directiva

Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina

F.T.C.I.O.D y A.R.A.